"Estaba jugando en el alevín de Pedreguer. Hubo un partido en que el entrenador no me puso de titular, pensaba que era extraño porque era un partido importante, y al acabar me dijo que no me había puesto porque había llamado el Valencia para ir a hacer unas pruebas. Yo, la verdad, no me lo creía". Así arranca este repaso de José Luis Gayà, futbolista del Valencia que a los 20 años ha logrado consolidarse en el primer equipo, marcar goles y renovar su vinculación por muchos años.

Todo ha ido muy deprisa para este lateral que considera "importante tener gente de la cantera en el primer equipo, yo siempre noto presión por defender este escudo, pero es presión buena", aunque para él tampoco ha sido fácil llegar: "Desde mi casa son 120 kilómetros que me hacía unas cuatro veces a la semana. El primer año mi padre me llevaba, también con otro chico de Dénia nos turnábamos. Estar aquí prácticamente cinco días a la semana era difícil, no estar con tus padres, con los amigos. Me considero muy de pueblo, muy de allí, y había veces que me costaba, pero también tenía la ilusión de ser futbolista y sabía que para serlo tenía que pasar por eso. El sueño de cualquier niño es triunfar es jugar en primera división pero yo de verdad lo veía todo muy lejos".