Rodrigo De Paul ya se ha despedido de sus compañeros y los trabajadores que componen el día a día de Racing de Avellaneda y lo ha hecho con su futuro todavía en el aire. El valencianista acudió a las instalaciones del club, observó el entrenamiento y charló durante un rato con Facundo Sava, el técnico, antes de darse un último abrazo con los jugadores y recoger sus pertenencias tras un semestre en el que no tuvo el protagonismo que esperaba cuando decidió volver a Argentina pese a que contaba con propuestas de clubes de Europa como el Getafe.

Su préstamo ha acabado y, como en 2014, cuando se cerró su fichaje por el club de Mestalla, aunque con sensaciones distintas, ahora debe volver a València para comenzar la pretemporada el día 4 de julio. La idea de Pako Ayestaran y de García Pitarch es hacer caja con el traspaso de De Paul para aligerar la operación salida poder acometer la revolución que proclamaron en la presentación del técnico vasco.

El argentino, que no es del gusto de los responsables de la parcela deportiva, no entra en los planes para la próxima temporada y así se lo han comunicado. A lo largo de las últimas semanas Rodri ha desconectado, estuvo unos días de vacaciones en Miami, donde coincidió con Enzo Pérez, y a la vuelta a su país comenzó a prepararse para retomar la actividad con un entrenador, completamente alejado de lo que pueda pasar con su futuro.

Sus representantes están trabajando el mercado desde que recibieron la comunicación del Valencia para encontrar la mejor solución y aunque se ha especulado con un ofrecimiento al Boca Juniors o un interés del Olympique de Marsella, lo que se han producido sondeos de distintos clubes sin llegar todavía a presentar una oferta concreta para sacar al argentino, que asume que debe salir y tiene opciones para seguir en España o ir a Italia. El viernes 1 de julio aterriza en València.