El Valencia CF está decidido a ir al ataque por Boubakary Soumaré. El futbolista francés de diecinueve años está sobre la mesa y se ha convertido en un objetivo real para la próxima temporada. Las labores realizadas durante las últimas semanas, la valoración de las alternativas que ofrece el mercado y un conocimiento algo más depurado del tejido competitivo de la plantilla han reforzado el criterio de los responsables de la parcela deportiva.

El centrocampista del Lille ha pasado de ser una posibilidad entre tantas a estar en el punto de mira. Soumaré convence por cualidades, juventud y potencial. El Valencia CF lo ha estudiado y SUPER puede afirmar que ha pasado el casting y lo van a intentar. La ofensiva, de hecho, ya está en marcha. Su caso es, junto con la tentativa para recuperar a Abel Ruiz, el movimiento que mejor expresa de uno de los grandes retos que se ha marcado el club desde la llegada de Pablo Longoria: adelantarse al resto de equipos en la captación de jóvenes talentos.

Los contactos con el entorno del jugador son constantes en el último mes. El Valencia CF está muy atento, es consciente de que si quiere a Soumaré debe ir a por él antes de que explote y está listo para acometer la operación. Por eso quiere información detallada de su situación. La parcela deportiva de la entidad ya conoce cuál podría ser su precio de salida, así como la idea de futuro del mediocentro y está pendiente de cómo vayan desarrollándose los acontecimientos si finalmente acaba descendiendo el Lille, algo que podría abrirle las puertas de par en par. En este sentido, el contexto acompaña. La crisis que afixia al club francés, también en la vertiente económica y estructural, es una baza importante para los intereses valencianistas a la hora de intentar sacarlo por un precio asequible. La relación calidad-proyección-precio invita a apostar por él.

Se trata de un mediocentro muy contextual de la idea de fútbol de Marcelino: con facilidad para recuperar, llegar al ataque con mucho recorrido y fuerte en la transición. La temporada que viene podría desempeñar un papel similar al de Maksimovic, partidario de cambiar de aires para adoptar un rol más importante y desarrollar su potencial tras un año sin demasiada participación. Longoria lo tiene controlado de su etapa en la Juventus, un equipo que tiene trilladísimo el filial del PSG, donde jugaba hasta el pasado verano, cuando acabó contrato. Sobre la mesa tenía muchas propuestas, algunas de equipos más potentes que el Lille, pero ponderó la posibilidad de jugar y sentirse protagonista en un equipo de primera división, algo que finalmente no ha acabado dándose -ha participado en 17 partidos- debido a la inestabilidad que ha devorado al club galo. Entra dentro de los parámetros trazados en la nueva perspectiva de captación y el Valencia CF, que ya lo examinó en directo en la Ronda Élite Sub-19, quiere avanzar antes de que juegue el Europeo.