Cáncer de mama
Hablamos con la Dra. Sara Cristina González González especialista del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario La Luz.
Es cierto, sin embargo, son mucho más frecuentes los carcinomas. Hablamos normalmente de cáncer de piel tipo melanoma y cáncer de piel no melanoma. En este segundo grupo, hay muchos tumores, pero destacan el carcinoma basocelular y el carcinoma epidermoide.
El más frecuente es el carcinoma basocelular, el cual se calcula que afectará a un 40% de españoles a lo largo de su vida. El segundo más frecuente el carcinoma epidermoide, que es a su vez el que genera más mortalidad. El melanoma es más agresivo, pero el carcinoma epidermoide, al ser más frecuente, es el que en global mata más pacientes al año.
El perfil típico del paciente con carcinoma basocelular es una persona de más de 50 años que ha sufrido exposición solar crónica o intermitente intensa, y el del carcinoma epidermoide, una persona anciana de piel muy clara, siendo más frecuente en hombres. Eso sí, estamos viendo carcinoma basocelular cada vez más en gente más joven, a partir de los 30 años.
La incidencia y la prevalencia van en aumento para este tipo de tumores, condicionado fundamentalmente por el envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida.
El factor de riesgo fundamental en el basocelular parece ser la genética y en segundo lugar el sol. Como sobre el que podemos ejercer una conducta de prevención activa es el sol, nos centramos en este, pero es importante remarcar que, pese a protegernos, hay personas de alto riesgo por herencia genética.
En el caso del epidermoide, sin embargo, la relación con el sol es mucho más clara y está completamente establecida, vemos muchos más casos en pacientes con exposición solar crónica por ocio o trabajo.
El diagnóstico precoz siempre es importante porque cuanto antes diagnosticamos algo, más fácil es solucionarlo. El debut suele ser en forma de pequeña protuberancia, puede simular una herida que no cierra o incluso un pequeño "grano" que crece.
La gravedad es proporcional al momento del diagnóstico, siendo el pronóstico excelente en general cuando el diagnóstico es precoz, pudiendo curarse en la mayoría de los casos.
Quizá cada vez mayor. Es recomendable en personas con piel clara o con un número elevado de lunares, o por supuesto cuando se sospecha algo nuevo que ha aparecido. Pero ahí se puede decir que algo fallamos, ya que muchas veces la población anciana, que es la que mayor riesgo presenta, no se revisa.
Las nuevas armas en el diagnóstico precoz (dermatoscopia digital, microscopía confocal...) nos permiten cada vez llegar a un diagnóstico más precoz, y los avances terapéuticos en casos avanzados traen esperanza a casos que antes no tenían ninguna solución.
Quizá los tratamientos tópicos en crema o inyectables que podamos usar con mayor éxito en casos localizados. La piel es un órgano accesible y nuevos tratamientos tópicos nos permitirán evitar tratamientos que ahora mismo realizamos con cirugía o radioterapia.
Hablamos con la Dra. Sara Cristina González González especialista del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario La Luz.
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