Quique Sánchez Flores ya es historia en el Benfica. El conjunto luso cesó ayer de su cargo al que fuera entrenador del Valencia tras fracasar en una campaña en la que el equipo aspiraba a todo y se quedó sin los títulos importantes. El madrileño sale otra vez por la puerta de atrás y con una historia parecida a la de Mestalla, ya que si bien se ganó a las masas con facilidad acabó perdiendo su rédito con discretos resultados.

Métodos novedosos

y admirado por todos

Su llegada a Portugal no pudo ser mejor. Quique se ganó pronto el cariño y el respeto de la prensa, los aficionados y hasta sus propios colegas de profesión. Su capacidad de comunicación con los jugadores y los métodos novedosos aplicados al trabajo fueron su carta de presentación. Entró con tanta fuerza que hasta fue noticia fuera de los terrenos de juego, y es que las revistas del corazón se hicieron eco de las pasiones que levantaba entre el sector femenino.

De la línea ascendente al descenso en picado

El Benfica estuvo luchando por el título hasta el ecuador del campeonato, de hecho estuvo invicto hasta el mes de enero, pero el Benfica se vino abajo en la parte final, la más importante, perdiendo un total de cinco partidos en cuestión de dos meses. Tras acabar por detrás de Oporto y Sporting de Lisboa justificó la decepción de la siguiente manera: «Es como tener un coche preparado y que, a cinco metros de la meta, se para». Lo curioso es que, echando la vista atrás, este símil bien podría resumir lo que le sucedió en las dos temporadas que completó en Mestalla.

Intransigente y ´verde´ en la liga portuguesa

El equipo cayó de forma prematura en la UEFA y la Copa de Portugal, además de no lograr la clasificación para la Champions. El único triunfo lo obtuvo en una polémica final de la Copa de la Liga, un título menor. La presión se interpuso de nuevo en su camino y algunos detractores le achacaron su intransigencia con el sistema al querer que los jugadores se adaptasen a él, además de entender que le faltó conocimiento del fútbol portugués.

El finiquito y la opinión de un colega de banco

El técnico se marcha del Benfica con un finiquito de un millón de euros. Su colega de profesión en el Guimaraes calificó ayer que «Quique no fracasó, aunque tampoco creo que triunfase».