No es casualidad que el Belshina Bobruisk, club que se hizo con los servicios de Manuel Bleda, natural de Massamagrell, el pasado mes de marzo, le asignara el 81, dorsal del que si se suman sus cifras se obtiene el número que define a un delantero como él, el 9.

Dicha condición de rematador lo está demostrando en Bielorrusia. En apenas mes y medio, Manuel o «espanqui», como le llaman sus compañeros, se ha ganado ser la gran referencia del equipo después de haber conseguido 5 goles en 4 partidos jugados, y eso que todavía se está «aclimatando» al ritmo de competición. «El entrenamiento se asemeja mucho al del fútbol profesional español y gracias a ello y a los jugadores experimentados que ahora juegan aquí, el nivel es muy alto».

Con el de Massamagrell ya son tres españoles, todos valencianos, los que compiten allí. Olcina y Miñano, ambos jugadores del Torpedo Zhodino, llevan desde el pasado verano y ya se han visto perjudicados por el olfato goleador de Bleda que, logró el gol del empate final (1-1). Después de su primer tanto en la competición liguera, Manuel volvió a superarse al conseguir tres goles en la última jornada disputada.

Con dicha condición llega al partido de hoy ante el Bate Borisov, conjunto habitual en la Liga de Campeones y gran dominador de la liga bielorrusa las últimas ocho temporadas. Para el importante encuentro, los de Bobruisk lo afrontan «con muchas ganas y con la moral por las nubes, ya que cada día vamos a más».

Y ese crecimiento positivo viene siendo gracias al buen bloque que ha formado el Belshina, donde «la relación con mis compañeros y el entrenador es sensacional». Sin embargo, el valenciano reconoce que le cuesta entender las indicaciones «pese a que me dan clases de ruso todos los días». El buen ambiente en el vestuario también se ve reflejado en las gradas, ya que «aquí y en toda Bielorrusia el fútbol lo viven mucho, es cierto que no se ven los campos llenos pero siempre hay unas dos mil personas que no paran de animar».

No obstante, el delantero no olvida España. «Es verdad que la crisis ha apretado pero, en el caso de tener otra vez la oportunidad de firmar por un conjunto en categoría profesional, volvería sin dudarlo. Aquí estoy muy a gusto, pero al final terminas echando de menos las cosas de allí: la familia, los amigos, el clima, la comida, etc.».