El defensa del Ludogorets búlgaro Cosmin Moti se convirtió este miércoles en el auténtico héroe de su equipo, que se clasificó para la Champions League con un final de película en la eliminatoria previa ante el Steaua de Bucarest. Y, sorprendentemente, no lo hizo como jugador de campo, sino como portero. Obligado a colocarse bajo los palos por la expulsión del meta del equipo, Moti sorprendió a todos deteniendo dos penaltis en la tanda que decidió el pase, en la que además marcó su propio lanzamiento.

Antes, el Ludogorets había iniciado su machada al marcar el 1-0 en el minuto 90, un resultado que conducía el partido a la prórroga y le daba nuevas opciones en la eliminatoria.

Sin embargo, las cosas se complicaban de nuevo con la expulsión de su portero, Stoyanov, a quien el árbitro español Undiano Mallenco no perdonó la tarjeta roja por una entrada fuera del área en el minuto 119, al filo de los penaltis.

Con los tres cambios permitidos completados, un jugador debía vestirse los guantes. La papeleta le tocó a Moti. Nadie habría apostado entonces por el Ludogorets, pero el defensa sorprendió a todos deteniendo dos penaltis en una actuación sensacional, que además completó marcando su lanzamiento para lograr una clasificación histórica e inscribir su nombre para siempre en la historia del club.