El grupo gestor que desde esta misma semana dirige Huracán tuvo el pasado viernes un gesto de buena voluntad. La recaudación que se hizo en taquilla en el partido frente al Espanyol B -que no alcanzó los 800 euros-, tanto en lo referente a la venta de entradas como a cobro de abonos tramitados anteriormente, fue a parar directamente a dos jugadores de la plantilla que estaban en una situación de «necesidad» según aseguraron fuentes próximas al propio grupo gestor a Superdeporte. El pago, de hecho, se hizo físicamente instantes después del encuentro y en el propio estadio de Torrent, tras la noticia de la dimisión de Toni Seligrat.

Como desveló el propio extécnico ya rojiblanco el viernes, la intención del grupo gestor es auditar las cuentas de la entidad -y cuando se hace referencia a las cuentas no solo se refieren a deudas y compromisos asumidos con futbolistas, sino también a pagos a proveedores e incluso a instituciones como pueda ser el propio Ayuntamiento de Torrent- y después aplicar las soluciones posibles si las hay. El plazo que se les transmitió a los futbolistas para ese control de cuentas fue -siempre según las palabras de Seligrat- de «quince o dieciséis días», aunque se podría prolongar hasta mes y medio, y salvo en casos puntuales como el de ayer, ya se les ha transmitido la dificultad existente para acometer pagos.

Malestar

La paciencia de la plantilla rojiblanca empieza a acabarse puesto que, al margen de los retrasos en los pagos, se han dado circunstancias como la falta de instalaciones y medios que algunos futbolistas consideran impropias de la categoría. De momento, los jugadores se encuentran a la espera de la respuesta del grupo gestor.