La Federación Alemana de Fútbol (DFB) reconoció ayer el pago de 6,7 millones de euros a la FIFA, pero lo desvinculó de las acusaciones de compra de votos y subrayó que el dinero fluyó para asegurarse una subvención de 250 millones de francos suizos para la organización del Mundial de 2006.

En una rueda de prensa convocada de urgencia, el presidente de la DFB, Wolfgang Niersbach, explicó que «el comité organizador del Mundial tenía tres posibles vías de ingreso: la venta de entradas, el patrocinio y una subvención para la organización». Según Niersbach, en una reunión en Zúrich en enero de 2002, Joseph Blatter,ofreció al presidente del comité organizador alemán, Franz Beckenbauer, una subvención por valor de 250 millones de francos suizos (170 millones de euros según el cambio de entonces). La condición para recibir esa subvención, agregó, era la de transferir previamente diez millones de francos (6,7 millones de euros) a la Comisión de Finanzas de la FIFA. Beckenbauer estuvo de acuerdo en asumir el pago a título privado ya que consideraba que la situación financiera global del Mundial era sólida, pero finalmente fue el entonces jefe de Adidas, Robert Louis Dreyfus, quien realizó la transferencia, señaló. A la pregunta de por qué había que transferir diez millones de francos a la FIFA para contar con una futura subvención, Niersbach se limitó a contestar: «Tampoco yo lo tengo claro. No le puedo responder a esa pregunta».