El eterno problema de Florentino PérezFlorentino Pérez. La escasa continuidad a los jugadores. No existe paciencia y el Santiago Bernabéu se convierte en una trituradora de futbolistas cada temporada. Algunos de ellos no dan la talla y otros, como es el caso de James o Isco, la dan en un determinado momento y de repente todo cambia. Éstos han sido infectados por el virus de Özil o Di María, los casos más recientes de un presidente que ya ha señalado al colombiano y al español.

Dos casos diferentes. Con la temporada que realizó James Rodríguez el curso pasado, Isco, si el esquema no variaba y la BBC era intocable, iba a tener problemas de minutos. Sin embargo, meses después la realidad es que ninguno de los dos tienen un puesto asegurado en el once e incluso Casemiro ha provocado que ambos se sienten juntos en la banda del Santiago Bernabéu. De fondo se esconde otro problema, la relación con Florentino Pérez. El colombiano reconoció que con Rafa Benítez no se sentía cómodo. Algo similar afirmó el malagueño. Con la llegada de Zidane todo hacía presumir un cambio pero la realidad es que ninguno ha dado un paso al frente y Florentino ya habría encargado su marcha en verano para hacer caja.

La gran pregunta aparece en el aire. ¿Le suena de algo al Bernabéu esta situación? Makélélé, Özil, Di María, incluso Robben... Todos ellos tienen un factor común. Cuando Florentino firmó una cruz justo al lado de su nombre no hubo marcha atrás. Ni buenas actuaciones, ni la consecución de una Champions, ni los aplausos del Bernabéu. Todos terminaron abandonando Chamartín y mientras el club siempre encontraba un motivo para explicar su adiós.

En el Madrid de los galácticos, el perfil Makélélé resultaba demasiado lejano al ideal de equipo que imaginaba Florentino y le dio la patada. De hecho France Football publicó unas declaraciones que el presidente negó rotundamente. «No le echaremos de menos, no pasaba el balón más de tres metros», habría sentenciado.

Con Özil la excusa fue la de la presión del agente -el padre del jugador- quien habría pedido una cantidad económica desorbitada. Florentino se cerró en banda y ahí apareció el Arsenal. Un año después el protagonista fue un Di María determinante en la Champions, pero que también vivió episodios de enfado con el Santiago Bernabéu. Sin embargo, su venta fue criticada por una afición que le consideró imprescindible en el centro del campo blanco.

Ahora, James e Isco, quienes han mostrado públicamente su descontento, son las nuevas víctimas de Florentino. La realidad es complicada para ambos y es que si el presidente ya les ha tachado en su libreta, no hay vuelta atrás y terminarán abandonando la entidad.