Alzamora tenía razón cuando decía que la victoria de Jorge Navarro se veía venirdesde hace tiempo. Siete podios le avalaban, pero faltaba dar el salto final y este llegó ayer con su triunfo en Montmeló en un día especialmente emotivo y duro para él por la muerte de su amigo Luis Salom. Lástima que el sudafricano Brad Binder quedara segundo y solo pudiera recortarle cinco puntos, pero aunque les separen 44 en la clasificación, Navarro aún está a tiempo si mantiene la regularidad y evita caídas.

La paz Rossi-Márquez

La tristeza por la muerte de Luis Salom quizá llevó a más de uno a meditar sobre las guerras y polémicas absurdas que se suceden desde el final de la temporada pasada tras el incidente entre Rossi y Márquez. Nada comparado con el dolor de perder a un amigo y compañero en la pista. Todos se juegan la vida subidos a una moto y no está de más rebajar la tensión, y más tras un último Gran Premio de Italia en el que se vivieron situaciones vergonzosas en el podio y fuera de él.

Adiós a Salom

Días después de su fallecimiento, uno sigue sin creerse que Salom ya no esté entre nosotros. La Cuna le formó en sus inicios y siempre fue agradecido por ello. Era como un valenciano más aunque naciera en Palma. Descanse en paz.

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