El Levante no abrirá la veda de las renovaciones hasta que la permanencia sea un hecho. Es una decisión de club, muy en línea con su estilo de prudencia. Aunque el único que ha preguntado directamente que qué hay de lo suyo es el agente de Rubén Suárez, lo cierto es que Manolo Salvador no tiene previsto abordar el asunto con él ni con ninguno de los otros cinco futbolistas que terminan contrato hasta más adelante. El director deportivo es consciente de los riesgos que conlleva esta postura, «un arma de doble filo», según afirmaba Juanlu, pero su decisión es firme y meditada y cuenta con el respaldo de Quico Catalán y el de Juan Ignacio.

Nada que, en realidad, no haya ocurrido otras temporadas. Sergio Ballesteros fue la excepción a la regla la pasada porque aceptó reducirse el sueldo en caso de descenso, pero Salvador se siente en la obligación de planificar asumiendo esa hipótesis y la realidad de que el próximo presupuesto será tan restrictivo como de costumbre. La gran preocupación de los técnicos, eso sí, es que los temas contractuales no enturbien la dinámica del equipo.

Que el tema de las renovaciones vaya a aplazarse a más adelante no significa que el tema esté fuera de la agenda. Es lógico que los representantes llamen a la puerta, sobre todo en un momento deportivamente tan favorable para sus intereses como este, pero también lo es que sea el club quien quiera marcar los tiempos. Más allá de los cedidos, en las oficinas tienen muy presente quién queda libre en junio (Valdo, Juanlu, Rubén, Juanfran, Javi Venta y Rafa Jordà) y cuál sería la hoja de ruta con cada uno.

O mucho cambian las cosas o cuando llegue el momento de sentarse a hablar de renovaciones en la ‘pole position’ estará Valdo, que hoy por hoy es quien mejor cartel tiene en el mercado. Con 30 años, el revalorizado caboverdiano está viviendo una especie de segunda juventud. Llegó desahuciado cuando estaba apartado del Espanyol, pero tras un primer año titubeante el actual está siendo el de su definitiva recuperación. Espoleado por la competencia de El Zhar, ha dejado atrás los tiempos en los que la indolencia le pasaba factura y sacado a relucir la calidad con la que se abrió paso en la cantera del Real Madrid, la misma que explotó luego en un Osasuna de Champions. El Levante quiere atarlo, aunque no lo puede hacer a cualquier precio.

Caso similar es el de Juanlu, que ha empezado como un tiro. El malagueño es el máximo goleador del equipo y tras arrancar en Getafe de suplente ha tenido una progresión espectacular. Se encuentra, posiblemente, en el pico más alto de su carrera. En Orriols nadie se ha olvidado de que hace dos años, en la misma situación, no fue de farol y firmó un precontrato con el Celta que quedó invalidado cuando renovó automáticamente con el ascenso. Riesgos que hay que asumir.

El resto son ya casos más particulares. Rubén es un jugador con peso en el grupo, pero no está siendo titular, mientras que Javi Venta y Juanfran, con 35 años, tienen un mercado más reducido y su continuidad dependerá de su estado físico. Por su parte, Rafa Jordà tendría que voltear radicalmente su situación. La continuidad de otros como Ballesteros, Farinós, Aranda, Nano o Del Horno será en función de sus cláusulas automáticas por partidos jugados y la permanencia.

Muchos jugadores cedidos

Pese a que no se vayan a tomar decisiones a plazo corto, la planificación está en marcha y en la misma tienen que ver no sólo futbolistas que quedan libres sino también los que están cedidos. Hombres como Xavi Torres o Keylor Navas son dos ejemplos llamativos, al margen de Koné, una pieza maestra del futuro deportivo y económico. El marfileño llegó sin opción de compra y debería volver a Sevilla, donde pueden renovarlo unilateralmente, algo que él no quiere ni oir. El Levante está atento a su situación y dispuesto a jugar bien sus cartas.