Después de su detención y posterior puesta en libertad el pasado viernes con cargos, la prensa alemana tiró ayer de hemeroteca para rescatar el historial de sucesos que Christian Lell dejó durante su etapa como futbolista de la Bundesliga, donde fue detenido hasta en dos oportunidades, amén de condenado con una orden de alejamiento a 100 metros de una de sus exparejas.

El primer incidente del que dan cuenta en Alemania ocurrió en febrero de 2007 cuando fue retenido por una denuncia de su entonces novia, Sarah Rebellato. Un año después fue condenado a pagar una multa de 100.000 euros por resistencia a la autoridad e insultos durante aquella detención, en la que también dio positivo por alcohol.

En noviembre del mismo año, Lell volvió a ser detenido por la policía de Múnich tras una disputa con Daniela Aumeier, de 29 años, que es la madre de su hija Julie. Daniela, que era la antigua novia de su compañero en el Bayern Schweinsteiger, estuvo también en el vértice de un supuesto triángulo amoroso que fue aireado en su momento por la prensa con otro jugador del conjunto muniqués, el capitán Ballack.

Chris se encuentra ahora pendiente de prestar declaración, en principio en cuestión de días, ante el Juzgado de Violencia sobre la mujer y de momento guarda silencio sobre lo ocurrido, ya que sólo se ha limitado a explicar telefónicamente a un medio alemán que lo que se ha contado «no es así». De hecho, según esta versión, el jugador también habría interpuesto a su vez una denuncia contra su pareja, con la que estaría cruzándose acusaciones por presuntos gritos, amenazas y agresiones domésticas.

En busca de un lateral derecho

Antes del suceso ocurrido con Lelll, el Levante se había propuesto como objetivo número uno el fichaje de un lateral derecho en el recién inaugurado mercado de invierno una vez que Caparrós le había comunicado al alemán tras su última indisciplina que no volvería a alinearlo. El club, por su parte, mantiene sobre la mesa su oferta de darle la carta de libertad a cambio de que renuncie a lo que le queda por percibir hasta junio de su contrato. Su situación dentro del vestuario, además, se presume muy complicada.