Pese a haber mantenido diversas reuniones con él y Vicente Andreu, Quico Catalán no le dio credibilidad alguna ante su Consejo al intento del intermediario valenciano Eduardo Jarque de comprar el club. Sin embargo, Jarque no da su brazo a torcer y, de hecho, junto a su grupo de trabajo está valorando la posibilidad de dar la cara saliendo a la luz pública para explicar cuál es su proyecto. El Consejo considera que su solvencia y la del inversor de capital inglés que representa es nula y ante eso Jarque parece dispuesto a mostrar la veracidad de unas garantías de pago que dice manejar por valor de 150 millones para invertir en Orriols.

El intermediario está dispuesto a agotar las vías posibles para comprar el Levante, aunque Quico Catalán considera que el club no está en venta y que en caso de que cambiara de manos lo ideal sería que el inversor le ofreciera una seriedad que, a su juicio, Jarque no tendría.

El club está especialmente molesto con las intentonas de Jarque y se lamenta de la inoportunidad en la que su interés ha trascendido. Jarque, por su lado, defiende la seriedad de su gestión y de su proyecto y para demostrarlo barrunta dar un paso adelante, pese a ser consciente de lo que para bien y para mal eso podría conllevarle. El desenlace, en las próximas horas.