Pese a que estaba hecho desde el pasado miércoles, fue ayer cuando el traspaso de Felipao al Lokomotiv se cerró oficialmente. El Levante seguía a la espera de que el jugador firmase los papeles pertinentes, básicamente su contrato con el equipo ruso, algo para lo que había viajado a Madrid. La confirmación llegó a última hora de la tarde. Era el último trámite que faltaba para que el club granota lo oficializase.

En los últimos días, Caicedo estaba ya poniendo en regla su documentación. Aunque la mayoría del tiempo lo ha pasado con su selección, el ecuatoriano ha estado vía telefónica muy encima de la negociación. Sobre todo hasta que se llegó al principio de acuerdo. El delantero forzó para que Quico Catalán aceptara una oferta que también era óptima para sus intereses.

Al Levante no le importó comprometerse con los rusos antes de la Copa América, ya que igual que podía revalorizarse también corría el riesgo de ser víctima de algún infortunio en forma de lesión. El Lokomotiv, desde los últimos meses, era quien más firmemente estaba apostando por él. Felipe quería seguir en España, pero a la hora de la verdad el interés de otros clubes no ha llegado a concretarse. Especialmente el del Villarreal, que iba y venía a expensas del futuro de Rossi y que en todo caso nunca pareció contundente pese a la información que el propio interesado manejaba.

El Lokomotiv pagará 4,5 millones al contado y el resto de los 7,5 fijos en dos plazos de 1,5 cada uno. Los variables dependerán de si los rusos juegan la Europa League o la Champions y de si el punta marca más de 15 goles. Económicamente la operación es redonda para el club granota, que no ha depositado un euro por hacerse con sus derechos. Fue suficiente avalar los 1,2 millones de la opción de compra con el Manchester City. El primer plazo, además, no vence hasta septiembre, para cuando habrá cobrado ya más de la mitad del traspaso.

Para el Levante no era necesario traspasar a su mejor jugador. La ficha era asumible y Quico veía viable su continuidad si no se concretara una oferta satisfactoria. Sin embargo, Felipe pidió marcharse. El club, por cierto, envió por twitter un mensaje de agradecimiento a los ecuatorianos que estos meses sintieron al Levante «como suyo».