Lo de Chris Lell ya clama al cielo. Cada día que permanece en nómina es un desafío para la cohesión del grupo y un ejemplo andante de falta de compañerismo. El jugador alemán va a su bola y encima no se esconde: en lo que va de 2014 ni siquiera se ha molestado en acercarse hasta el Ciutat para apoyar al conjunto granota, por mucho que los miembros de la plantilla estén obligados oficiosamente a presenciar en el estadio todos los partidos.

El Consejo se vio el martes abocado a dar el OK a una decisión contraria a sus principios generales de actuación. Visto que el lateral no piensa inicialmente perdonar un euro de su contrato (que acaba el 30 de junio), y que en el día a día es una molestia para Caparrós y el resto de sus pupilos, no queda otra que rescindirle a la fuerza; pagarle para que se vaya lo antes posible. Quico fue legitimado para abordar antes de final de mes su finiquito, justo después del último ejemplo del pasotismo del germano. Adujo unas décimas de fiebre y una gastroenteritis para ausentarse de la sesión de no convocados del domingo y la de recuperación del lunes, respectivamente.

La ruptura es tal que prácticamente nadie le echa de menos en el vestuario. Lell, que ayer se ejercitó con el grupo, se relaciona a duras penas con los otros dos germanoparlantes del equipo: Sérgio e Ivanschitz. Aunque el club le abrió un expediente por su injustificado plantón en la sesión del 21 de diciembre, a día de hoy ni siquiera Chris se ha echado la mano al bolsillo para pagar al grupo una comida o una cena, como es habitual para compensar las infracciones de las reglas de régimen interno.

La denuncia por supuesta violencia de género, archivada posteriormente, se ha convertido en una mera anécdota en el historial del alemán. Este fue uno la pasada campaña, la de su llegada, con JIM en el banquillo, otro bien distinto desde su fallido intento por ampliar contrato en verano. A partir de entonces empezó a saltarse la disciplina de grupo, lo que llevó a la dirección deportiva y al técnico a apostar por su salida en agosto. Sin embargo, la ausencia de ofertas forzó su continuidad en la plantilla, ya que el club no quería abonarle el resto del contrato como ahora parece que tendrá que hacer. Aquel contratiempo es el que echó para atrás el fichaje de Nagore, que el club ha resucitado en el mercado invernal una vez reconfirmada la nula predisposición de Lell.

El lateral, al que Caparrós intentó reenganchar en los primeros compases del curso, ha aducido problemas de distinta índole para viajar a su país y perderse entrenamientos estos meses. Fue hasta cinco veces titular en las jornadas iniciales de Liga; en los dos últimos meses, una vez agotada la paciencia del utrerano, no ha contado con un solo minuto. Lo único que hace ahora es ocupar una ficha que podría venir muy bien para un refuerzo invernal, como perfectamente podría haber sido Longo.

El Hamburgo no le pierde de vista

Chris no cuenta a día de hoy con ninguna oferta en firme para cambiar de aires, aunque sí que han sondeados a sus agentes dos clubes de la Bundesliga. Son Friburgo y Hamburgo, aunque parece que el más interés tiene en el lateral granota es el segundo. Siempre que llegue con la carta de libertad, el histórico cuadro alemán, actualmente en horas bajas y coqueteando con el descenso, se plantearía su incorporación inmediata.

El equipo entrenado por Bert Van Marjwijk, seleccionador de Holanda en el Mundial de Sudáfrica, podría utilizar a Gojko Kacar como moneda de cambio en caso de apostar definitivamente por Lell. El Hamburgo agilizaría la negociación para la rescisión de Lell en el Levante cediendo a cambio de esta al serbio, que actúa como mediocentro defensivo, una posición a reforzar por los granotas si se va Gomis.