La gesta se quedó lejos, pero también el drama. A años luz de ambas cosas, fue una derrota corta. Sin secuelas en el ánimo ni tajos de gravedad en la clasificación. Nada que no se pueda arreglar. Y es que en los partidos en el Santiago Bernabéu suele pasar normalmente al revés, pero esta vez el Levante plantó más cara en el electrónico que en el campo, donde estuvo digno pero ni por asomo para hacer cosquillas. Es básicamente el resumen de un partido al que nadie hincó el diente. No lo hizo el Madrid, bajo de revoluciones y con las marchas demasiado largas para lo necesitado que estaba. Y aún menos el Levante, incapaz de forzar una sola parada de Keylor. El tico, en su papel analgésico, apenas se dio el gusto de tocar un balón con las manos antes de regresar al banquillo en Barcelona.

No se ajustó la noche a ninguno de los guiones escritos ni nada de lo que pasó fue lo que se presagiaba al principio. El Real Madrid salió avallasando y el Levante, a base de jirones atrás, se acobardó en exceso. Con tan poco cuajo se quedó que cuando quiso darse cuenta de que podía llegarle para más, el partido ya era historia. Cristiano tardó poco en asustarlo chutando a la madera, aunque fue Bale quien se reivindicó marcando los dos goles para pique del portugués, con el morro visiblemente torcido en el primero y auto-expuesto al escarnio de festejar como propio el segundo. Pérez Montero también se lo apuntó en el acta al galés, que cambió la dirección del balón raspándolo con el tobillo. Alegrón de Florentino, el principal artífice de su titularidad.

Todo parecía hecho a propósito para una goleada redentora del Madrid, pero nada más lejos de la realidad. No sólo es que el Levante no se descompuso, sino que terminó comprobando que su insigne rival continuaba sin estar para esos trotes. Ya fuese por pereza, por falta de fluidez o porque a esas alturas no era el azulgrana del Levante el que en vísperas del Clásico le ponía, su punch se limitó a una frivolité de Benzema que saldrá hasta en la sopa (véanse los vídeos adjuntos). Una espuela contra al larguero que fue la última ocasión de romper a marcar.

Después de los apuros del principio, el Levante se estabilizó, Toño cerró su banda y hasta el discutido Mariño, que no había dado abasto, se quitó de encima los nervios con una buena salida de puños. Sin embargo, una cosa era cumplir el expediente y otra subir nota, algo para lo que no llegaba ni con el doble cambio que con buen ojo hizo Alcaraz en las bandas. Rubén y sobre todo El Zhar le tuvieron menos fobia al balón que Xumetra y Morales, pero aun así no hubo manera de hacer algo más en ataque que ir ganando yardas y poco más.

Más allá de la sobriedad defensiva, el Levante fue un equipo tan digno como lánguido, con más ganas de armisticio que de guerra. Tan sólo Camarasa se escapó de ese guión tan plano, aunque paradójicamente un tiro suyo a última hora le costó marcharse lesionado cuando no quedaban cambios. El de Meliana, cada vez más disciplinado, volvió a estar por encima de la media pese a los apuros de la primera parte, en la que a Simao le costó mucho ajustarse.

Lo que le pasó al Levante con el balón no fue nada nuevo, aunque pese a tratarse del Bernabéu se las apañó para llegar al área. Sin peligro, pero ahí estuvo, ya fuese con remates flojos de Uche, cabezazos de Navarro, incursiones de Barral o un duelo de Xumetra con Marcelo en el que el catalán se le acabó colgando del cuello con la vana esperanza de rascar un penalti. Ni siquiera hizo falta que Pérez Montero, desapercibido y atinado con los fueras de juego, saliera al rescate de un Real Madrid que ganaba sin problemas aunque sin que escamparan todos sus nubarrones.

. Ficha técnica:

2 - Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Lucas Silva, Modric (Illarramendi, m.78), Isco (Jesé, m.69); Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema (Chicharito, m.82).

0 - Levante: Mariño; Iván López, Ramis, David Navarro, Toño; Morales (Rubén, m.59), Camarasa, Simao, Xumetra (El Zhar, m.59); Uche (Víctor Casadesus, m.75) y Barral.

Goles: 1-0, m.18: Bale. 2-0, m.40: Bale.

Árbitro: Pérez Montero (colegio andaluz). Amonestó a Modric (29) y a Ramos (85) por el Real Madrid.

Incidencias: encuentro de la vigésimo séptima jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 65.000 espectadores.