La maquinaria de fichajes del Levante continúa pendiente de Nabil Ghilas, que salvo sorpresa va a convertirse en el tercer refuerzo de cara a la próxima temporada después de los de Verza y Rubén. La cesión con opción de compra está encarrilada desde el pasado martes tras las conversaciones mantenidas por Quico Catalán y Manolo Salvador con sus respectivos homólogos del Oporto, Pinto da Costa y Antero Henrique, amén del resto de gestiones con Jorge Mendes, propietario a través de un fondo de la mitad de sus derechos. A expensas de la firma definitiva, desde Orriols son optimistas con la llegada del argelino, primera opción para reforzar el ataque. Y es que el acuerdo está tan avanzado que la idea es que llegue lo antes posible a València, donde Lucas Alcaraz lo espera con los brazos abiertos. El entrenador ha sido uno de los precursores del fichaje de acuerdo con Manolo.

El miércoles se contemplaba la posibilidad de que la luz verde fuese un hecho a lo largo del día y no en vano los plazos siguen apuntando a que la oficialidad no se termine demorando. Es más, desde hace un tiempo existe el convencimiento a nivel interno de que las gestiones iban a dar resultado y que el delantero no se escaparía, pese a la fuerte competencia de equipos rusos, turcos y bulgaros, entre ellos el Ludogorets.

Pese a que la operación, ya en su fase final, está en manos de Quico, tanto Manolo como Alcaraz están al día de que el fichaje es un hecho e incluso han hablado con él antes de su llegada. El objetivo es que se incorpore cuanto antes para que no pierda comba respecto a sus compañeros y en la medida de lo posible evitar lo que le ocurrió el pasado verano al incorporarse a última hora al Córdoba con seis kilos más.

Aunque su temporada en El Arcángel no sirvió para que se revalorizara, lo cierto es que Ghilas sigue teniendo un buen cartel en el mercado. Apenas han pasado dos temporadas desde su explosión con el Moreirense, desde el que recaló en el Oporto por cerca de 4 millones a cambio del 50 por ciento de sus derechos. Ese año llegó a estar en el punto de mira de clubes como el Everton o el Marsella y debutó con la selección absoluta de Argelia. Sin embargo, se taponó en aquel momento con Jackson Martínez, cuya venta ahora al Atleti no ha servido para que Lopetegui le haga hueco.

Rápido, explosivo y versátil, ya que también puede actuar pegado a banda, la carrera de Ghilas está marcada por unos inicios difíciles tras vivir a la sombra de su hermano mayor, el también internacional Kamel. Nacido en Marsella, empezó a jugar en categoría regional con el Cassis Carnoux, que desapareció por deudas. Sus padres querían que hiciese carrera en Francia y antes de emigrar a Portugal llegó a desmoralizarse tanto que pensó en colgar las botas. Aún tendría que pasar por una cesión al Vizela, en Tercera, y una lesión que casi lo remata. Uno de sus mejores apoyos ha sido su representante y amigo personal, Romeu Magalhaes, que está con él desde los 15 años y ha sido también clave para haber escogido el Levante.