A perro flaco todo son pulgas. Los malos resultados están pasando factura y con ellos surgen roces entre el entrenador y los jugadores. El último ocurrió en el Calderón con Víctor Camarasa. El de Meliana, relegado del once, fue señalado con el dedo en el gol de Thomas debido a su indecisión a la hora de salir al corte. Visiblemente molesto al ser cambiado por Roger cuando apenas llevaba unos minutos sobre el césped, Rubi no se cortó en la rueda de prensa al pedirle "más compañerismo". "Es normal que se enfade cuando un jugador entra del banquillo, pero he entendido que era lo mejor para el equipo. Lo que buscaba era rendimiento y tiene que aceptarlo con compañerismo", aseguró.

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