Para el Rayo Vallecano también es un partido fundamental. La afición franjirroja ha preparado un desplazamiento masivo y sus seguidores están utilizando las redes sociales como altavoz de protesta hacia lo que consideran un obstáculo inesperado: que el director de seguridad del Levante ha impedido a las peñas rayistas introducir al estadio pancartas y demás elementos de animación como bombos, megáfonos o banderas. Para ellos ha sido una sorpresa al estimar que sus peñas están registradas.

Siguiendo el protocolo habitual, el jefe de seguridad granota le ha pasado al del Rayo el modelo estándar con las normas de seguridad y se le ha recordado la necesidad de recibir fotos de las pancartas para autorizarlas. Está prohibida la entrada al Ciutat de bombos, megáfonos y pancartas violentas, xenófobas o de grupos radicales (Bukaneros). El Levante no ha puesto a la venta on-line entradas del encuentro para disuadir la presencia de ultras y ha enviado todas las entradas (700) por medio del Rayo.

El club de Vallecas se ha volcado costeando los autocares para los abonados y accionistas que compren su localidad (20 euros). Un duelo para el que el jueves ya se habían completado siete autobuses, que saldrán el mismo sábado (12 horas desde su estadio), y que al final se dispara hasta los diez.