Antes incluso que sobre el césped, hubo un «punto de inflexión» a nivel interno. En Orriols ha recobrado fuerza el cántico de ‘Sí se puede’ a base de puntos (se han sumado cuatro de los seis últimos) y sobre todo de esfuerzo; el demostrado por el equipo frente a Real y Valencia, y por el club a la hora de premiar las últimas victorias. Después de un pequeño debate interno, y en vísperas de la agónica visita del Getafe, Quico Catalán bajó al vestuario e hizo un desesperado intento por parar la caida. Apeló al orgullo de técnicos y jugadores, y ofreció una prima extra si se conseguían los triunfos suficientes para obtener finalmente la permanencia.

Rubi dio el definitivo golpe de timón apenas diez días después, nada más encajar el doloroso revés de El Madrigal. La imagen ofrecida ante el Villarreal, propuesta fútbolística al margen, le ha llevado a apostar posteriormente por los futbolistas más implicados. Entre los que ahora no rascan bola se encuentran el díscolo Ghilas o Trujillo, quien en vísperas del viaje a Eibar había provocado una situación de lo más incómoda al técnico con su ‘plantón’.

El equipo ha cerrado filas para apurar las opciones de salvación, como muy gráficamente demostró Deyverson con su exhibición física y de actitud en el Derbi. Por las venas del Levante vuelve a correr la sangre enérgicamente, justo cuando se inicia el último cuarto liguero y llegan cinco enfrentamientos directos seguidos ante equipos igualmente implicados en la lucha por evitar el descenso: Depor, Sporting, Betis, Espanyol y Granada.

El premio económico por victoria con el que ahora afrontan los granotas cada partido atiende al reparto negociado a principios de curso por presidente y capitanes. Como ha sido habitual en la ‘era Quico Catalán’, la plantilla tiene un fijo por la salvación próximo a los dos millones de euros, más otra cantidad dedicada a variables. La diferencia es que esta vez no se había hecho uso de esta última partida hasta que el máximo mandatario, tras consultarlo con el resto del Consejo y el director deportivo, abogó por realizar un último y cuantioso esfuerzo. De sumar de tres en tres en las próximas jornadas el desembolso en primas se aproximaría al que hubo afrontar el año de la clasificación europea. Lo que no vale es empatar; el punto en Anoeta, en ese sentido, no supone beneficio alguno.

El pago de estas primas por encuentros, como la cantidad fija, está lógicamente condicionado a la consecución del objetivo final. Los miembros de la plantilla no cobrarán las conquistas ante Getafe y Villarreal si acabase consumándose el descenso a Liga Adelante, que por otro lado conllevaría un evidente agravio económico para la entidad. Con el objetivo de evitar a toda costa ese mayor perjuicio, y con el pequeño sobrante del mercado invernal en caja, fue con el que Quico jugó a la hora de lanzar un órdago en el vestuario hace un mes.