El mundo del fútbol llora la muerte de Cruyff. Para usted, formado en la cantera del Barça y que lo tuvo como seleccionador catalán, la noticia tendría que ser todavía más impactante, ¿no?

Es un gran pérdida. Para todo aquel que se ha formado en el Barça, Johan es un ídolo. Aunque no físicamente en el día a día, su figura estaba siempre presente, y buena parte de los éxitos de las últimas decadas del club son gracias a él.

¿Qué recuerdo tiene usted de él?

Los tres o cuatro años que lo tuve de seleccionador catalán fueron una experiencia inolvidable. Me encantaba cómo encaraba cada partido; la pasión que le ponía, su forma de entender el juego. Aún actualmente era un avanzado al fútbol, veía cosas que el resto no podíamos ni imaginar.

Dura es también la realidad granota después del 2-1 de Riazor.

Esa derrota fue un palo. Por cómo se dio el partido, lo más lógico es que hubiéramos empatado. El problema es que por detalles se nos escapó ese punto; esperemos no lamentarlo al final.

Al final, por una cosa u otra, todos los partidos lejos del Ciutat se les están escapando

Cuando las cosas van mal, suele pasar. Si estuviéramos en una racha positiva, estoy convencido de que el segundo gol del Depor no hubiera entrado. Pero que no quepa duda de que sabemos dónde estamos y que tenemos que corregir como sea los errores.

La palabra ´final´ ha perdido valor entre el levantinismo de tanto utilizarla últimamente. Lo que está claro es que el partido ante el Sporting es muy importante para ustedes.

El equipo está con unas ganas tremendas de que llegue ya ese partido, trabajando a tope. Hay que sumar los tres puntos; es una situación complicada, porque en el Ciutat ya no nos valen ni los empates.

El Levante acudió al mercado invernal en busca de soluciones a sus problemas y, entre otros, llegó Joan Verdú

No puede entrar a valorar los primeros seis meses, pese a sí que había visto partidos del Levante por televisión, porque yo no estaba aquí. Sí que digo que este equipo no puede bajar. Tiene mucho más nivel de lo que parece por su clasificación. Solo hay que ver la imagen y las ocasiones de la primera parte frente al Valencia.

Rubi no ha renunciado en ningún momento a su apuesta por el protagonismo con balón, algo que encaja a la perfección con su perfil.

A estas alturas, el resultado debe primar sobre el juego. Dicho esto, yo soy también de la opinión que teniendo el balón siempre es más fácil acabar ganando.

Nadie tiene que explicarle lo que supone un descenso?

Por suerte, solo he bajado una vez, con el Betis. Y la verdad es que lo pasamos mal. Fue el peor año de mi carrera a todos los niveles, tanto deportivo como personal. No era fácil convivir con esa presión.

Lo dice como si ahora fuera fácil...

Aquello fue mucho más complicado. A estas alturas de temporada, por ejemplo, estábamos prácticamente descendidos. Ahora, si encadenamos dos victorias seguidas podremos incluso salir de la zona de descenso; hay seis o siete equipos ahí abajo que no se pueden despistar en ningún momento.

¿Está siendo la experiencia en Orriols como esperaba?

Las ocasiones hay que cogerlas cuando se presentan. Yo estaba en una liga tremendamente competitiva (Calcio) y un gran club (Fiorentina), que jugaba en Europa y luchaba por los primeros puestos, pero no tenía muchas oportunidades. Quería volver a sentirme futbolista, porque a mí lo que realmente me gusta es jugar a fútbol, y por eso acepté la propuesta del Levante. Sin duda, volvería a hacerlo.

Con cinco titularidades más y la permanencia, usted renovaría. Eso sí que sería para estar feliz, ¿no?

Ojalá estuvierámos con 10 puntos más; sería la situación idónea. Aún así, debo decir que a mí me gusta asumir responsabilidades y jugar con los mejores. Por eso me atrajo la posibilidad de sacar al Levante del pozo. Como apunté el día de mi presentación, vine para ayudar en lo que hiciera falta, a sumar; me siento bien, aunque estoy en una posición en la que apenas había jugado hasta ahora.

Rubi le coloca de interior diestro, y ahí el fútbol exige más trabajo físico y defensivo que de mediapunta.

Es cierto que me toca correr y defender como nunca, pero también tengo la posibilidad de dar asistencias de gol e incluso llegar al área con cierta asiduidad. El gol contra el Getafe es una buena prueba.

Quién le diría, a mes y medio de cumplir 33 años, que tendría que esforzarse más que nunca.

Sin duda, no soy el futbolista más rápido del mundo, pero a nivel de resistencia siempre he tenido un buen rendimiento y no me está suponiendo un problema.

¿Se plantea estos meses en el Levante como la última oportunidad de seguir en la elite?

Mi único reto en conseguir la permanencia. Luego ya se verá, aunque está claro que no hay sitio mejor para jugar que en España. En 2014, después de lo mal que lo había pasado en el Betis, y de que no había otras ofertas mejores, acepté la posibilidad de ir al Baniyas para probar la experiencia. Y la disfruté, porque aquello fue muy distinto a lo que conocía.