El Levante está abierto a reforzar cualquier posición, pero en defensa los fichajes son obligatorios. Especialmente en el eje central, ya que Trujillo es el único zaguero nato que en este momento tiene contrato en vigor. Tito y Carmelo quieren construir la retaguardia precisamente a su alrededor, siempre y cuando el ex del Almería esté por la labor. Tras una temporada muy torcida por su lesión de retina y el conocido expediente disciplinario por la desconvocatoria de Eibar, Trujillo sabe de boca del director deportivo y del secretario técnico que cuentan con él.

Así se lo comunicaron de manera oficial a su representante, Rafita, hace una semana en la reunión que mantuvieron en el Ciutat. Lo consideran uno de los mejores centrales de la categoría, un jugador cien por cien aprovechable, pero ahora todo depende él y su predisposición a sumar en un proyecto al que llegó hace un año bajo el cobijo de Lucas Alcaraz. Eso sí, tras haber desembolsado un millón de traspaso, en el peor de los casos el club no le va a abrir la puerta si no es a cambio de una buena oferta. El Almería, que también lo ha hecho por Verza, está atento a lo que pasa, ya que tiene interés en repescar a varios exfutbolistas. Ambos mantienen residencia en la ciudad andaluza, pero tienen contrato con el Levante hasta 2019. En el caso del centrocampista, además, con una ficha de las más elevadas de la plantilla.

La pelea por los mejores centrales de Segunda está siendo encarnizada entre los gallitos de la categoría. Alberto Guitián es la demostración. El Valladolid confirmó ayer su fichaje por tres temporadas tras imponerse en el esprint final al Zaragoza y un Levante que acabó retirándose de la puja. La política de Tito en esta operación ha sido firme. El director deportivo se ha autoimpuesto un límite salarial para determinados jugadores que Guitián, sin un curriculum de partidos suficiente para volverse locos, superaba. No quiere pagar sobreprecios, salvo casos excepcionales, ni que el club se comporte en el mercado como si fuera de Primera. Tampoco ha querido tirar de Muñiz para convencer al jugador por política deportiva. Principalmente para no quemar al técnico y evitarse hipotéticos incendios a futuro en el vestuario. Paco Herrera, en cambio, sí que descolgó el teléfono.

Con Guitián fuera de órbita y la dificultad de que el Alcorcón también se desprenda de Chema, en este momento hay otras gestiones en marcha por las que se cruza los dedos. La idea es cerrar al menos una a lo largo de la próxima semana. En la órbita de futuribles destaca el nombre de Héctor Rodas, actualmente en el Córdoba. El regreso del canterano no es prioritario, pero sí una posibilidad sobre la mesa. A los técnicos les gusta, ya que para Segunda cumple muchos de los requisitos marcados como ideales para la composición del nuevo equipo. Por ahora no se ha movido ficha y continúa aparcado a la espera del devenir del mercado.

Lo siguiente en el proceso de elaboración de la nueva plantilla será las reuniones cara a cara con Juanfran y David Navarro. Excepto sorpresa en ella se les comunicará personalmente la decisión de no ofrecerles la renovación. Tito ya ha hablado con ambos y en mayor o medida intuyen por dónde pueden ir los tiros. Si la cita no se ha producido hasta ahora es porque los dos han estado fuera de València, además de por la vacante hasta principios de esta semana en el banquillo.