La quinta victoria consecutiva es el aliciente para una nueva defensa del liderato. La primera premisa era recuperar el embrujo del Ciutat, que la afición se sintiera identificada desde el principio con un equipo preparado para recuperar de inmediato el terreno perdido. Del desencanto de una temporada con final funesto se ha pasado a la fidelidad absoluta con argumentos. Por eso el cambio radical y la urgencia de reestablacer el binomio-equipo. Bastó con un encuentro, el 2-0 ante el Alcorcón, el primer doblete de Roger, para refrendar esa vertiginosa adaptación a la categoríaAlcorcón y, sobre todo, para hacer partícipe a la grada de un objetivo que es tarea de todos. El Levante ha sabido manifestarse con firmeza para doblegar al exequipo de Muñiz y al Zaragoza (4-2), pero también ha logrado hacer del sufrimiento una virtud más para amarrar el 1-0 de Montañés ante el Sevilla Atlético y posteriormente voltear el desafortunado gol en propia puerta contra el Valladolid y acabar venciendo (3-2). «Es algo positivo conseguir un pleno de victorias, pero no estamos presionados por ese motivo», explicó Muñiz en rueda de prensa.

Van cuatro alegrías seguidas en el fortín como en el ascenso con Preciado en el banquillo y Tito como su prolongación en el campo en la temporada 2003/2004 (Numancia, Eibar, Sporting y Málaga B), también en la 2009/2010, en el salto a Primera División con Luis García (Real Unión, Betis, Villarreal B y Celta) y en dos ocasiones con Juan Ignacio: en el inicio para hacer historia con el liderato y defenderlo (Real Madrid, Espanyol, Málaga y Real Sociedad) y en el siguiente curso, el de la aventura granota en Europa (Espanyol, Real Sociedad, Valencia y Granada). Hay otro precedente de 12 de 12 y además por triplicado en la campaña 1999/2000 de Pepe Balaguer, con 13 de las 16 victorias totales en casa. El Levante de Muñiz tiene en sus manos superar todos esos registros y asemejarse al del curso 2002/2003 de Mijatovic y Amato, que entre el 19 de enero y el 8 de marzo de 2003 encadenó su pleno al 15 ante el Racing de Ferrol, Oviedo, Getafe, Almería y Terrassa. El Mallorca es la siguiente piedra en el camino. Un rival que tiene problemas para ver puerta (6 tantos) y los genera al rival para no sufrirlos (también 6). Pero el técnico asturiano no mira al rival y ni muchos menos va a modificar su estilo. «Jugando a este nivel, solo tenemos que preocuparnos de nosotros mismos», piensa.

Con Víctor Casadesús como única ausencia segura, la convocatoria tendrá su morbillo. Y de nuevo, la criba se producirá tras el entrenamiento de activación en la mañana del sábado, que será justo cuando los jugadores comprueben cómo está verdaderamente el césped del Ciutat. De ir con lo justo a Almería a tener que prescindir por necesidad de tres efectivos. 21 de los 22 están disponibles tras la recuperación de Rafael y Rubén García, que a Jason no le quedan secuelas del golpetazo de Almería, el regreso de Pedro López y Jefferson Lerma tras cumplir sus respectivos castigos federativos y también el de Remiro, tras su paso por la sub-21, aunque en su caso para ser suplente de Raúl Fernández. Muñiz no ha dado pistas. Una de las novedades de inicio será Natxo Insa, suplente en los Juegos por una molestias que arrastraba del triunfo al Valladolid. Los interrogantes están en los laterales e incluso Verza, inédito hasta su titularidad con capitanía en Almería, podría tener continuidad. Con más o menos variaciones, lo que persigue el míster asturiano es que lo que pueda pasar en el once contra el Mallorca «sea una cosa normal».