Valencia y Levante han marcado unas pautas para que la fuga de talento no vuelva generar una cuestión de estado entre clubes. Un protocolo de intenciones propiciado por tres casos concretos: un cadete de primer año (Fran Pérez) y dos infantiles (Silva y Calatrava), todos con contrato en vigor. Aunque los efectos ya venían de atrás con canteranos que, sobre todo, han cambiado Orriols por Paterna, uno de los últimos el internacional Sub-16 Gastón Alonso, la gota que ha colmado el vaso ha sido la marcha de tres jugadores importantes de cara a futuro en la factoría de la Ciudad Deportiva, por quienes se entiende que generan una penalización deportiva máxima.

Tiempo atrás, Tito y Alexanco empezaron a hablar de este ´expolio´ con la pretensión de no resquebrajar la buena sintonía entre entidades y, sobre todo, que los implicados no se vayan porque sí y con demasiados daños colaterales. Antes incluso de la destitución de Alexanco como director deportivo, Quico Catalán y Mateu Alemany ya habían irrumpido en esta negociación para dejar prácticamente cerrado el protocolo de intenciones con estos tres canteranos como argumento, que no es vinculante, pero que marca las pautas de cara a futuro. Una conversación entre ambos antes del encuentro intersemanal del Levante ante la Real Sociedad acabó por dejar prácticamente cerrado el ´pacto´ y en las últimas horas concretaban su características a presente y futuro.

Esta ´fumata blanca´ supone un punto de inflexión y, de ahora en adelante, cada jugador en una situación contractual idéntica se tratará de manera individual, con un acuerdo económico para comprar su libertad, junto a unas variables deportivas a futuro. Con este paso al frente, ambas entidades abogan por el diálogo cada vez que se encuentren con escenarios de este tipo. Unos y otros son conscientes de que estas tres situaciones se volverán a repetir, pero ya habrá unas pautas para no repetir errores del pasado. Un marco firmado en negro sobre blanco para no partir de cero en futuras conversaciones.