Oier, seguramente el cambio más trascendente de todos los que ha venido haciendo y deshaciendo Muñiz y del que poco se habla, paró todas las que se tenía que parar. Y gracias a sus intervenciones y a que se jugó tal y como debería ser siempre, y no sólo a domicilio, el Levante le perdonó la vida al Sevilla.Levante Sevilla Rascó un punto, que para como están las cosas es bastante, pero por oportunidades, juego y actitud sobre el campo tendrían que haber sido los tres.

En busca de la personalidad perdida, y a falta de la visita del Leganés para cerrar el año, el Levante afrontó su enésima metamorfosis en este tramo peliaguado de temporada en el que los titulares pasan a la grada y viceversa. Eso de que juegan siempre los mismos, salvo por Cabaco, va a haber que ponerlo en cuarentena. A la espera del mercado de invierno, y con Coke ya listo para empezar a entrenarse, de lo que se trata ahora es de tocar todas las teclas posibles para que el equipo suene mejor. Y sin ser música celestial, ayer lo hizo, si bien eso no viene siendo novedad en los partidos de fuera, donde los granotas juegan como si estuvieran en la luna, sin gravedad.

Con cuatro caras nuevas por decisión técnica en el once, Muñiz demostró bien a las claras su objetivo de que el equipo fuera otro en Sevilla, escenario hace dos meses en el campo del Betis del bofetón de realidad que lo tiene desde entonces con las dos mejillas enrojecidas Fue un movimiento de piezas más que de tablero, y lo cierto es que allí donde hubo cambios se percibió una mejoría generalizada, sobre todo en el centro del campo. A lomos del potentísimo Lerma, y con el debut tras sus quejas de un Lukic bastante resultón jugando a la par de Campaña, el equipo encontró el sitio a eso del cuarto de hora y a partir de ahí empezó a decantar la balanza a su favor con ganancias parciales. El Sevilla se descosía cada vez que Morales cogía carrerilla. El Comandante, sin dentellada en el área, la tuvo antes de la media hora, aunque la más clara de todas fue la que Sergio Rico le desvió a Ünal tras un contragolpe de manual bien trenzado. A falta de Bardhi incluso Jason estampó en el poste una falta directa. Y a falta de otro ´nueve´, Lerma opositó dos veces cara a puerta.

Forzado por las circunstancias, a Muñiz no le había quedado más remedio que rectificar con El Hacen y Shaq en la convocatoria, pero aun así fue más allá poniendo a Lerma al primer partido que pudo, dándole a Lukic la oportunidad que pedía y tapando los costados con laterales de mayor oficio defensivo. Mantuvo, eso sí, su confianza en Chema y Postigo pese al evidente de riesgo de que a alguno de los dos se le volvieran a saltar las costuras. De hecho peligraron las del segundo, que in extremis estuvo atinado para salirse de los líos en los que andó metido. Cabaco siguió en el banco hasta que entró por el golpe de Chema.

El Sevilla, sin la sobreexcitación que se le suponía por la inesperada vuelta de Berizzo Berizzo y bastantes sobresaltos después, trató de tocar a rebato. Pero ni por ésas. Muñiz tiró de Róber para reducir espacios y Campaña sustituyó a Morales como filón. Suyo fue un repertorio que originó faltas en la frontal, combinaciones hasta la cocina sin rematador y un disparo pifiado de lo más inoportuno de Jason. Solo faltó el gol.

Ficha técnica

- Sevilla: Sergio Rico; Mercado, Kjaer, Lenglet, Escudero; Pizarro, Banega; Sarabia, Ganso (Franco Vázquez, m.67), Correa (Muriel, m.80); y Ben Yedder.

- Levante: Oier; Pedro López, Postigo, Chema (Cabaco, m.82), Antonio Luna; Campaña, Lerma, Lukic (Rober Pier, m.70), Morales; Jason (Samuel, m.89) y Ünal.

- Árbitro: Ignacio Iglesias Villanueva (Comité Gallego). Amonestó a los visitantes Campaña (m.47), Lukic (m.49) y Luna (m.60), y a los locales Lenglet (m.72) y Franco Vázquez (m.75).

- Incidencias: Partido de la decimosexta jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante unos 26.000 espectadores. Noche lluviosa