Con la satisfacción del deber cumplido, y a la espera de que la salvación sea matemática esta noche, nada impide ya al Levante y Paco López sentarse a hablar de futuro. Todo se había aplazado a este momento, así que a partir de estos próximos días van a empezar a ocurrir cosas.

La reunión del Consejo del jueves 3 será el pistoletazo a la planificación deportiva, aunque lo cierto es que la cita de los directivos ha perdido cierta enjundia. Y es que muchas de las dudas alrededor del proyecto se han disipado de la mano de los extraordinarios resultados cosechados en los últimos ocho partidos: 19 puntos de 24.

Tito y Carmelo, pese a haber estado colgando de un fino hilo, han recuperado mucho crédito, en especial gracias a la revalorización de fichajes del pasado verano como Cabaco, Bardhi, Boateng o Lukic, o a la confirmación de Coke como el mejor (y único con peso) de los del pasado invierno.

Con el indiscutible favor tanto de la grada como del entorno y del propio vestuario, en este momento Paco López es el candidato número uno para continuar en el banquillo en el que será su estreno desde el principio en la élite. Su contrato en el primer equipo termina en junio, pero pese a tener otro año con el filial (con las mismas cantidades), el futuro pasa por firmar uno nuevo.

En su momento lo que se hizo fue únicamente negociar un aumento económico para estos meses y aceptar la exigencia de contar con todo su cuerpo técnico, el mismo con el que venía trabajando en el filial. Las dos partes negaron entonces, y continúan haciéndolo, la existencia de una cláusula por la cual obligatoriamente el puesto sería suyo si a Muñiz lo despedían.

El club, a nivel legal, tenía dos jornadas de margen (Getafe y Eibar) para que estuviera de interino, pero en lugar de eso garantizó su continuidad hasta final de campaña y contrató a Olaizola. Entonces la falta de candidatos de consenso fue determinante, aunque pese a postergar desde Anoeta tres partidos el cambio en el banquillo, lo cierto es que para Tito la de Paco siempre fue la alternativa.

Con números de Champions, alrededor de la continuidad de Paco López prácticamente no hay debate posible toda vez que su falta de experiencia en Primera ha sido compensada por una incuestionable capacidad profesional. Sin embargo, antes de tomar una decisión, y pese a estar todo lo relativo a la planificación en el aire, desde el club se ha hecho camino conociendo la situación de otros entrenadores de más renombre de cara al próximo curso.

De las dudas al convencimiento

A nivel interno nada convence más que darle los mandos del proyecto a un entrenador que ha sorprendido a propios y extraños por el rendimiento inmediato que le ha sacado a la plantilla y cumpliendo a la perfección con el papel de revulsivo para el que se le promocionó internamente.

Tal y como se han sucedido los acontecimientos, y salvo sorpresa inesperada, el Levante va a asumir el riesgo que le preocupaba de que la apuesta pudiese resultar fallida y tener que volver sobre sus pasos con la nueva temporada ya en marcha. En caso de que las dudas hubiesen persistido, la idea que se barruntaba era la de agradecerle los servicios prestados y premiarlo económicamente por el objetivo de la salvación, pero sin darle el timón.

Por su parte, Paco López siempre ha mantenido que no hablaría de su situación individual hasta que la del colectivo no estuviese clara. Una vez cumplido con tres jornadas de antelación ese requisito, por su parte la predisposición a aceptar el reto ha sido siempre absoluta, del mismo modo que cuando Tito le telefoneó camino de Elda para convertirse en el sustituto de Muñiz ni se planteó la posibilidad de contestar que no.