La afición a la pilota valenciana rendirá un merecido homenaje como despedida a Enrique Ferrándiz, conocido popularmente como Enriquito d´Alzira, que durante más de 50 años ha ejercido como trinqueter, después que una grave lesión truncara su exitosa carrera como jugador, en la que fue uno de los mejores escaleters en los años cincuenta y principios de los sesenta del siglo XX.

El homenaje está organizado por Val Net y la empresa del Nou Trinquet de Guadassuar, escenario de la que se presume emotiva despedida, el próximo miércoles. Para ello, el trinqueter Daniel Ribera ha configurado una jornada especial con multitud de primeros espadas del raspall y la escala i corda. Así, la tarde comenzará con los raspadores Moltó y Miravalles que jugarán contra Moncho y Alberto. Y a continuación, Genovés II y Dani se enfrentarán a Soro III, Tato y Carlos.

El homenajeado se muestra muy contento por este acontecimiento y señala que «siempre es de agradecer -nos dice- que se acuerden de uno y me siento muy honrado con este detalle. Por ello quiero mostrar mi gratitud a la empresa, a todos los jugadores que participen y, por supuesto, a la afición que siempre me ha correspondido en todos los trinquetes en los que he tenido la responsabilidad de ejercer mi labor».

Grave lesión

Enriquito debutó en Pelayo en 1950 como jugador y allí fue también donde hizo sus primeras armas como marxador. Tenía 28 años. Corría el año 1963. Y después de codearse con las grandes figuras de entonces, como Juliet, Rovellet, Xato de Carlet, Ruiz, Soro, Xato de Museros, Suret, entre muchos más, se vio obligado a colgar los guantes por una grave lesión de tipo circulatorio. La mano derecha se le quedaba completamente helada debido a la falta de flujo sanguíneo. Los médicos de Alzira lo enviaron a Barcelona para que lo visitara el doctor Alberto Martorell, que fue portero del Español, y éste «desgraciadamente -señala- confirmó el diagnóstico que traía de aquí y me dijo que tenía que dedicarme a otra cosa. Esto me produjo un enorme disgusto del que me costó levantar el ánimo».

«A partir de ahí -continúa- me inicié como marxador en Pelayo. Tuve la fortuna de que la empresa necesitaba un sustituto para Fuentes (otra figura legendaria), que lo dejó por enfermedad. Después de unos años en Pelayo me hice cargo del trinquet de Benissa, que estaba en crisis y necesitado de alguien que lo levantara y lo conseguí, a base de inculcar seriedad a los jugadores que también contribuyeron a que la afición confiara en nosotros. Es la época que recuerdo con mayor satisfacción», afirma.

Éxito en La Marina

Enriquito compaginó durante mucho tiempo su labor con otros trinquetes de La Marina, como Pedreguer, Ondara y también el frontón Jai Alai de Benidorm, donde se jugaba con una cuerda en medio. Con posterioridad, se hizo cargo del Nou Trinquet de Guadassuar tras su inauguración, a finales de la década de los setenta. Igualmente ejerció en Alginet, Sueca y una temporada en Sagunt. Eso le valió el sobrenombre cariñoso de ´Chopera´.

De todos los trinquetes dice guardar buenos y no tan buenos recuerdos, «pero en especial me fue mejor en La Marina, que es donde más años estuve». En Pedreguer recuerda que organizó un desafío mano a mano entre Diego, el campeón de raspall de aquella época, y Oltra, que jugaba a ´l´alt». Pero éste se preparó durante unos días y ambos protagonizaron una partida memorable que ganó Diego 60-55, después que Oltra tuviera ´Val i 30´ para ganar el último juego y la pelota no fue a la galería por un palmo. «Ese día -dice- puse las entradas a 1.100 pesetas y tuvimos que cerrar las puertas porque no cabían todos. Fue un éxito sin precedentes».

Enriquito, que dice guardar un grato recuerdo de su paso por Guadassuar, evoca a las figuras de su época como jugador: Juliet, Rovellet, el Xato de Carlet, Ruiz, el Xato de Museros, Gómez o Deval entre otros. Pero para decir cuál es el mejor que ha conocido, destaca que «Genovés fue un fuera de serie y muy difícil de mejorar, aunque Juliet y Rovellet también fueron muy grandes». Y no olvida a otros excelentes jugadores como Eusebio, Llopis, Xatet II, Fredi, Vinyes, Vicente, Antoniet, Sarasol, Oltra, Pigat, Puchol, Sarasol II, Grau, José María, Machí, Vicentico, Pascual, Ribes o Pascualín. Y reconoce que «es imposible nombrar a todos», pero que se despide de todos ellos «con mucho cariño, porque de la pilota me llevo muchos más amigos que enemigos».

Sobre la evolución de los recintos, señala que «los nuevos trinquetes, con murallas de vidrio, no cabe duda que son más confortables para el público y se puede ir más cómodamente, pero este material hace difícil el juego porque escupe más la pelota que las murallas de obra. Tampoco creo que se ha acertado con el color azul y prueba de ello es que ya lo están quitando».

Respecto a la actualidad de los trinquetes dice que «la crisis económica se deja sentir en todos los aspectos y la empresa Val Net, aunque ha puesto imaginación lo tiene difícil. Si no fuera por la ayuda de las instituciones y ayuntamientos, no sé si podría aguantar».

Hizo debutar al mítico ´El Genovés´

En la hoja de servicios de Enriquito d´Alzira destaca haber sido el empresario que descubriera a Paco Genovés. Fue en 1971, cuando la Federación obligaba a las empresas a presentar un equipo de juveniles en los campeonatos de profesionales. Y Francisco Cabanes Pastor, que trabajaba de albañil en Benissa, frecuentaba el trinquete de dicha población de la mano de Antonio Canana, otro marcador con el paso de los años. Ambos apostaron por el joven Paco en aquel campeonato y de esa forma se dio a conocer el que en poco tiempo se convertiría en un «monstruo» de la pilota y una figura legendaria que tanto ha dado que hablar.