En Mestalla se está cociendo un plantillón hecho con mucha cabeza. La última adquisición de la sociedad Rufete-Ayala persevera en las virtudes de la operación Mustafi: Diligencia, sensatez, discreción, sagacidad y trabajo. Lucas Orbán se ajusta de forma precisa al perfil de defensa zurdo que la dirección deportiva se había fijado como objetivo incorporar tras el traspaso de Jérémy Mathieu. El Valencia CF ha apuntado, ha disparado y ya está fichado. Orbán llegará en las próximas horas y sólo resta la oficialidad. Con él, el equipo se refuerza con un futbolista de alto nivel competitivo, capaz de cubrir de un solo tiro la marcha de Víctor Ruiz y Aly Cissokho. Viene de jugar toda la temporada pasada como lateral izquierdo en el Girondins de Burdeos francés, aunque en Club Atlético Tigre explotó como uno de los mejores especialistas en el marcaje de Sudamérica. Orbán es central y lateral. Dos por uno.

Roberto Fabián Ayala le tenía tomada la matrícula desde hacía tiempo y los informes recabados tras su primera experiencia en el fútbol europeo son positivos. Orbán es un zaguero de cobertura y cierre. El bonaerense es un futbolista con una capacidad atlética sobresaliente, fenomenal en el juego aéreo, muy rápido y potente. Mezcla inteligencia y sentido táctico. Clausura su sector y recupera para después entregar la pelota a los generadores de juego. No se complica e incluso es capaz de correr la banda con acierto, aunque no es un futbolista brillante en ataque. Francis Gillot le ha utilizado siempre como lateral en Burdeos, pero sus condiciones naturales anuncian un central con un potencial enorme. Así lo demostró en Argentina y eso es lo que tienen previsto los técnicos del Valencia. Nuno será el encargado sacarle partido. En principio, Orbán refuerza todo el flanco izquierdo. Complementará a José Luis Gayà añadiendo una variante más física y defensiva. Y competirá con Vezo, Otamendi y Mustafi por un lugar en el eje de la retaguardia.

Una cabeza bien amueblada

Lucas Orbán ha durado una temporada en Francia. El Valencia se lo lleva después de que el verano pasado el Burdeos invirtiese 3,5 millones de euros en su fichaje a repartir en partes iguales entre River Plate y Tigre, dueños de su pase. En este último ciclo, el argentino ha confirmado en Europa las cualidades que demostró en Argentina. No ha acusado el salto. Con 25 años, es un futbolista maduro, con una cabeza bien amueblada. Eso se nota en su aplomo y forma de expresarse. Su formación está muy por encima de la media del jugador sudamericano. De hecho, Orbán tuvo una educación a la Europea.

Se crío en una familia de clase media-alto de Buenos Aires, sus padres son ingenieros y él combinó el balón con los estudios „llegó a empezar Administración y Dirección de Empresas„ hasta que se abrió camino en el fútbol de elite.

Su carácter también está moldeado por una experiencia vital trágica. En 2007, después de una fiesta, hubo una pelea y se golpeó el cuello contra un escalón. Tuvo una doble fisura en las vértebras y un derrame cerebral. Estuvo dos meses ingresado y otros cuatro en casa sin poder moverse y caminar. Recién empezaba en los juveniles de River y lo sucedido le cambió la manera de enfocar la vida. Por el perfil de las últimas incorporaciones parece que el Valencia valora la hora de fichar al hombre y no sólo al futbolista. Orbán utiliza bien la cabeza. No sólo para despejar balones, también lo hace para pensar.