Sus gestos, sus palabras, su simpatía... Excepto el color de la camiseta y la diferencia evidente entre los 25 y los 30 años que cumplirá dentro de pocos días, todo lo demás recordaba la tarde de aquel 28 de agosto de 2006 en que Mestalla abrió sus puertas para recibir al fichaje más caro en la historia del Valencia CF. Quién se lo iba a decir a Joaquín Sánchez. Casi cinco años después volvió a desatar la locura, esta vez en su puesta de largo con la camiseta del Málaga. Fue en el mismo estadio en que iniciaba la temporada 2010/11 marcando dos goles con el Valencia, donde ayer 15.000 aficionados del Málaga le daban la bienvenida y coreaban el nombre de uno de sus ídolos a partir de ahora.

Joaquín, que ha firmado un excelente contrato para las próximas tres temporadas, regresa así al sur, a sus orígenes y los de su familia, mucho más cerca de su Puerto de Santa María natal.Y está feliz, como así lo demuestran sus primeras palabras como blanquiazul. «Estoy como un chiquillo al que le regalan un juguete por primera vez. Es una oportunidad muy bonita e ilusionante. Desde el primer momento lo he tenido claro para venir a mi tierra y a un proyecto tan importante», explicaba en su primera rueda de prensa como jugador del Málaga.

Ese proyecto tan ilusionante que ha seducido a Joaquín no es otro que el Málaga de Van Nistelrooy, Toulalan, Monreal, Mathijsen, Buonanote y en cuestión de horas Sergio Sánchez. Junto a ellos, Joaquín tiene la intención de cumplir el ambicioso objetivo con que se presentaba ayer, el de «hacer cosas grandes», un objetivo que pasa por «luchar con los mejores, porque hay jugadores para conseguir cosas importantes» y por «hacer que la afición disfrute, porque ha sufrido mucho. Este proyecto no es un sueño, es una realidad», matizaba.

En estado puro

Fueron muchos los aficionados que hicieron varias horas de cola bajo un sol de justicia para ubicarse en primera fila y ver más de cerca a Joaquín, que jugará en Las Rosaleda hasta la temporada 2013/14 y tiene una clausula de rescisión de 25 millones de euros. Desde primera hora de la mañana el futbolista pasó las diferentes pruebas médicas en el Complejo Sanitario Málaga Club de Fútbol-Clínicas Rincón. Y, por fin, a las ocho de la tarde llegó al estadio, donde le tenían preparada una auténtica fiesta con la actuación del grupo musical malagueño Danza Invisible y un castillo de fuegos artificiales. Será para que, desde el primer día, no eche de menos el olor a pólvora que le ha acompañado todos estos años en Valencia.

En el momento cumbre Joaquín ondeó la bandera del Málaga Club de Fútbol, la utilizó de muleta e improvisó con ella unos pases de torero. Pero Joaquín es único y, a petición popular, hasta contó un chiste durante su presentación oficial: «Está el Málaga jugando la final de la Champions y hay una mujer vestida de negro en primera fila con un asiento vacío al lado. Cuando le preguntan que por qué ha ido sola, dice que su marido ha muerto. ¿Y no podía ir nadie en su lugar? Es que han preferido ir al entierro». Lo que se dice Joaquín en estado puro, un futbolista especial que sin duda empezó a meterse a todos los aficionados en el bolsillo: «Los mejores jugadores del Málaga son los aficionados», afirmó.

Las ideas claras

Asimismo, el exvalencianista dedicó unas palabras al que ya es su nuevo entrenador, Manuel Pellegrini, un técnico que Joaquín considera que tiene «las ideas muy claras». De hecho, el futbolista puso la presencia del chileno como una de las razones por las que ha decidido cambiar de vida y marcharse a jugar en el conjunto andaluz. «Si estoy en el Málaga —explica Joaquín— es porque puedo sumar y hacer ese fútbol que tanto gusta en Andalucía y a Manuel Pellegrini». Y por último, unas palabras para despedir el acto por todo lo alto: «Andalucía es mi tierra, yo soy del sur, y ahora del Málaga. ¡Viva el Málaga!».