Llegar al meollo de la cuestión casi siempre funciona como solución para ahorrarse quebraderos de cabeza. Un recurso práctico y cabal al que Braulio ha recurrido para encauzar la operación Iago Aspas. El interés por el delantero del Celta tiene fuerza y vigencia, tal y como ha plasmado Superdeporte y el programa Supermurciélago de Levante TV. La confusión sobre los derechos de representación del futbolista habían enredado las opciones del Valencia. Hasta tres personas aseguran actuar como agentes del futbolista en estos momentos. Sin embargo, el director deportivo ha desenmarañado el camino acudiendo a la raíz. Braulio ha hablado directamente con Jonathan Aspas, hermano del punta y responsable latente de la carrera del jugador, para transmitirle esa voluntad determinada por incorporarlo.

La aproximación ha sido positiva. La atracción es mutua. Iago estaría encantado de vestirse de blanquinegro la próxima temporada pero ahora necesita tiempo. La rumorología sobre su futuro se ha disparado desde que se abrió el mercado de invierno. El situación está caliente en Balaídos. La idea de perder a su estrella con el equipo luchando por la permanencia no es fácil de encajar. La intención es que los ánimos se templen para comenzar la negociación con calma. Ha habido ofertas, pero Carlos Mouriño, presidente del Celta, se ha resistido a dejarlo marchar ahora empeñado públicamente su discurso al asegurar que sólo ´liberaría´ a Iago previo pago de la cláusula de rescisión, 10 millones de euros más IVA. Sellar la permanencia en Primera es la única prioridad. También para Aspas, que no se va a mover. Las partes son conscientes que a partir de junio la situación será más flexible y sosegada. Mouriño se lo ha hecho constar al jugador, en unos meses la negociación será menos agresiva.

Competencia económica dura

Braulio ha acertado al tocar en la puerta de Jonathan Aspas. El actual jugador del Alki Larnaca de Chipre colgará las botas próximamente para hacerse cargo de la carrera de su hermano. El contacto, que se produjo la semana pasada, fue satisfactorio. Está claro que Iago quiere ir al Valencia. Sin embargo, hay una serie de matices. La oferta económica valencianista está lejos de las cantidades que ahora ha tenido sobre la mesa. El Celta ha llegado a rechazar diez millones de euros y el Dinamo de Kiev le había preparado un contrato con más de dos millones de euros limpios por temporada. También las cantidades del Reading inglés eran mareantes. Esas ofertas volverán a llegar en verano. La baza del Valencia, la que tiene y con la que pretende convencer al delantero, es la de su prestigio y su proyecto deportivo. Jugar al lado de Soldado, defender los colores del tercer club de España, Europa, consolidarse en la selección española? Mestalla es el trampolín perfecto para lanzar su carrera. Iago Aspas es consciente de ello.