A la una del mediodía Gustavo Hoyos volverá a pisar tierra en Valencia después de casi 50 días por el sudeste asiático de ´Petergrinación´. Esa es la palabra mágica con la que el intrépido valencianista bautizó la aventura que emprendió con el objetivo de cumplir el deseo de su madre, fallecida semanas antes a los 97 años, y que pretendía acabar conociendo en persona a Peter Lim, máximo accionista del Valencia.

La primera parada de la travesía fue en Angkor Vat, templo budista de Camboya con el que soñaba su madre, Hortensia. El comienzo majestuoso de unas vacaciones en las que Gustavo ha vivido un sinfín de episodios apasionantes: Un encuentro valencianista en Phonm Penh con Javi y Helena -dos valencianos por el mundo que leyeron su historia en SUPER-, el paseo a toda máquina con un pelicular taxista asiático que se sabía de carrerilla los nombres de los jugadores del Valencia, las risas a lomos de un elefante tailandés, los baños y las clases de snorkel en las paradisiacas playas de Koh Samui y Koh Tao, la visita a la isla de James Bond o el pasaje en canoa por los manglares del Mar de China y sus grutas plagadas de murciélagos.

Lo que tampoco podrá olvidar jamás en un viaje que «trae de vuelta al Gustavo alegre de siempre» son sus dos paradas en Singapur. Finalmente, según cuenta, no ha conocido a Lim para «darle la mano y agradecerle la compra del club», ya que «estos días estaba en Yakarta». La aventura por Asia-Pacífico ha concluido, pero el reto del viajero sigue vivo: «Espero poder estrechar su mano en Valencia, cuando el máximo accionista vuelva por Mestalla», dice Gustavo, que regresa a casa con el sabor de la victoria. El 1 de marzo Gus consiguió selfies con Kim, la hija del propietario del VCF, con el hermano de Lim y con Lay Hoon. Con la presidenta, incluso, pudo departir unos minutos en la fiesta valencianista que organizó el incipiente grupo de fans del equipo en Singapur. En el ´Brewerkz´, SportBar propiedad de los Lim, presencia con ellos la victoria sobre la Real Sociedad. Un día imborrable.

El lunes volvió a aterrizar en Singapur, antes del volver ayer a casa vía Estambul. Según explica Gustavo, «Lim estaba fuera», pero él pudo vivir in situ, guiado por uno de los motores del naciente valencianismo en el pequeño país, Christian Nicky, los funerales de estado en memoria del presidente, Lee Kuan Yew. «Fue el fundador de una nación moderna y rica, hoy centro de negocios en todo Asia... Con este respeto a su figura, esta solemnidad, me siento como un periodista en el centro de la noticia. Bueno, gracias a SUPER, he sido un reportero durante 48 días», finaliza.

Gustavo compartirá sus aventuras con vosotros en Supermurciélago