El Valencia de Nuno se juega algo más que seis puntos en el transcurso de esta misma semana. En juego está la posibilidad de encarrilar el pase hacia la fase de octavos de final de la Champions „el miércoles„ ante el Gante y el sábado, en Balaídos, al Valencia se le presenta un asalto de máxima trascendencia. Un encuentro para acortar distancias respecto de los puestos de arriba de la tabla y añadirle una muesca a las aspiraciones de un Celta intratable que parece ir en velocidad de crucero. Sin lugar a dudas, plantar la bandera en las dos batallas significaría todo un golpe encima de la mesa en una semana en la que el calendario va a medir el futuro a corto y medio plazo del club de Mestalla. Y es que la Champions condiciona el futuro de Nuno y los fichajes. Ni más, ni menos. La situación con el técnico es difícil, tal y como quedó contrastado este pasado sábado pese a la victoria en el Derbi. Mestalla no traga. No traga con el fútbol anémico, errático y racheado de cada puesta en escena de un entrenador, que da vueltas a su modelo y su ideario como el que maneja un cubo de Rubik, confundiendo con tanto viraje a sus futbolistas, y al que ya ni siquiera los resultados le sirven para acallar un entramado de abucheos, cánticos y pitadas que se resquebraja a la mínima debido al clima de "intranquilidad", como él definió tras consumar el triunfo en el Derbi, instalado en torno al equipo a día de hoy.

Pero eso no es todo. Nuno necesita un doblete para aclarar el panorama deportivo y planificar los fichajes. Lo reconoció el luso en la entrevista a Levante-EMV, "el momento de plantear los fichajes será tras el partido del CeltaLevante-EMV, nos tenemos que sentar, hacer valoraciones, pero los partidos que quedan exigen mucho de nosotros para pensar en otras cosas". La Champions y el mercado de invierno, pendientes de dos partidos de máximo calado. Dos retos para Nuno en una sola semana, un periplo que en caso de resolverse de manera satisfactoria podría darle cierto oxígeno al luso, que necesita ese refuerzo para despejar parte de las dudas que hay ahora mismo alrededor del equipo. Dos partidos para certificar virtualmente el pase a octavos y para subirse de una vez por todas al carro de la Liga de Campeones... o al menos no quedarse peligrosamente lejos porque tras la pausa de la competición,a la que se aboca el calendario tras la visita al Celta de Vigo, el Valencia afrontará un Tourmalet en el que se encontrará equipos como Sevilla o Barça. El equipo está a cinco puntos del cuarto clasificado y una derrota en Balaídos podría dejarlo a ocho de distancia y a nueve del Celta, el equipo que por sorpresa se ha colocado en los puestos de arriba en esta primera fase de la temporada. Los de Berizzo son el segundo rival de puestos Champions al que se enfrenta Nuno en lo que va de temporada y el primer precedente, el Atlético, terminó en una derrota estrepitosa pese a que el gol de penalti de Alcácer maquilló el resultado.

Tiene por lo tanto el Valencia la ocasión de dar un paso al frente que se presenta necesario. Ahora o nunca. Pese a la victoria en el Derbi, Nuno está obligado a enderezar el rumbo sumando victorias. Las sensaciones no son alentadoras. Se necesita un gople de timón con urgencia. El bagaje de 15 puntos en estos primeros diez partidos no le llevaría más que a sumar 57 puntos a final de la Liga. Si hiciésemos una estimación, el rumbo describe una trayectoria de colisión. Una marca que dejaría al equipo fuera de Europa el curso que viene y con 20 menos de los 77 que hizo el luso en su primer año a los mandos del Valencia. Tras estos dos partidos, el calendario de competición otorga una nueva pausa a la Liga, en la que el club ya puede tener claro si a partir de enero seguirá en Champions, una cuestión que definirá los fichajes. El futuro en dos partidos.