Pablo Piatti renovó el verano pasado con una ficha de 1,9 millones de euros limpios por temporada hasta junio de 2019. Esas cantidades se han convertido en un freno en el mercado. Todos los equipos que han preguntado por el argentino se han echado atrás después de conocer su sueldo. Así ha sucedido con Boca Juniors y Real Sociedad. El último en sumarse a la lista de pretendientes es Independiente de Avellaneda, que desde hace días comanda Gaby Milito desde el banquillo, sin embargo, el final puede ser el mismo: intento frustrado por sus pretensiones económicas.

El Valencia está obligado a trabajar duro para colocar a Pablo Piatti y que todas las partes queden satisfechas con el acuerdo. El regreso de Pablo a su país natal parece imposible en esas condiciones. En Sudamérica únicamente clubes de Brasil y México podrían afrontar una ficha así. Piatti firmó su renovación gracias al apoyo de Nuno Espírito Santo, que apreció al máximo su trabajo durante la campaña 2014/15, donde el zurdo estuvo a buen nivel; en números y sensaciones fue su mejor temporada desde que llegó a Valencia procedente del Almería por más de nueve millones de euros. Piatti no ha respondido a las expectativas generadas. La secretaría técnica que comanda Suso García Pitarch pretende un salto de calidad para esa posición y considera que el jugador, de 27 años, ha cumplido ciclo. No cuenta, pero tampoco es fácil sacarlo: tiene contrato, ficha alta y viene de una temporada gris.