RABAH MADJER Ex del Valencia CF y seleccionador de Argelia

Han pasado 30 años desde que Madjer, nacido en febrero de 1958 en Hussein Dey (Argelia), revolucionó al valencianismo. Goleador y campeón de Europa en el 87, el mejor africano de los 80 confiesa a SUPER como, aún hoy, se arrepiente de no haber alargado su cesión en Mestalla. Una lesión le robó dos meses y sólo pudo jugar 14 partidos y anotar cuatro goles antes de volver a Portugal.

Por tercera vez, seleccionador de Argelia. ¿Cómo marcha el nuevo desafío? Rabah Madjer se ha encontrado con una selección a construir después de años de éxito en el escaparate mundial del fútbol.

Es verdad que nos vamos a perder el Mundial por los resultados que todo el mundo sabe. No diré que éramos un equipo nacional destruido, pero sí un grupo que había perdido su personalidad y la confianza en su propio valor. Nuestro trabajo no ha sido ni es fácil, intentamos trabajar a diario para cambiar la situación y devolver poco a poco la confianza a las jugadores. En cinco partidos, cuatro amistosos y el último de clasificación para la Copa del Mundo, ganamos todos menos la derrota con Irán, un mundialista que puede dar alguna sorpresa en Rusia. Nuestro próximo partido oficial será en septiembre, vamos a ser una selección sólida y con más fe en sí misma. Entre tanto, jugaremos dos partidos, uno contra un rival africano y otro contra Portugal en junio en Lisboa. Creo que son positivas las oportunidades que hemos dado a los futbolistas locales de la liga argelina, que cada vez son mejores. Por supuesto, escogeremos a los mejores que juegan en Europa, pero no vamos a olvidar el talento de los chicos de aquí.

Feghouli, Saïb y Madjer... en València se conoce bien la calidad del futbolista argelino. ¿Mantiene vivos los recuerdos de su año por aquí?

El hecho de haber defendido la camiseta del Valencia hace que me sienta muy orgulloso. El club tiene un tesoro en el público valenciano y el estadio de Mestalla. Pero yo no tuve mucha suerte porque me lesioné gravemente en la pierna izquierda y no pude devolver al Valencia la confianza y el cariño de la afición. Sinceramente, me hubiera gustado curar mi lesión mejor y quedarme un poco más. Llegué bien y la lesión fue una lástima. Los recuerdos son muy buenos, todos excelentes... una ciudad preciosa. De entre los jugadores me acuerdo de forma especial de Quique Sánchez Flores y Voro... y del número '10', éramos muy amigos porque él me hablaba en francés, Javier Subirats. Me ayudaba a estar con el grupo, a adaptarme. La persona que me marcó en el Valencia fue, sin duda, Alfredo Di Stéfano: un gran entrenador y un hombre magnífico. Cuando hablo de Alfredo se me eriza la piel. Todo un señor del fútbol. Por cierto, me dijo en último lugar. No soy el tercero, soy el primer argelino en jugar con el Valencia CF (sonríe).

En enero de 1988 el Valencia obtuvo del Oporto la cesión de Madjer, ¿cómo consiguió un club que vivía horas bajas al delantero que había marcado un gol en la final de la Copa de Europa? Sólo hacía del regreso a Primera tras un año en el 'infierno' de Segunda División.

Después de cuatro años en Oporto yo quería vivir otra experiencia. Además, para mí, un club de fútbol no es grande por la división o por una clasificación en un momento, en un año, sino por su historia, su palmarés, por el potencial de su afición, su popularidad. En la misma época, uno o dos años antes, tuve también contactos con el Ajax de Cruyff, él mismo vino hasta Oporto para hablar conmigo porque quería construir un dúo conmigo y Van Basten... no se dio. No me arrepiento de haber ido al Valencia, un grande se mide por los títulos y su historia. El Valencia era un grande, pese a haber ascendido de Segunda a Primera hacía poco. Y la prueba es que nunca más ha caído ahí abajo.

3 de enero de 1988. Ese día Mestalla estaba a rebosar para ver a la estrella argelina Rabah Madjer.

Bueno, era en el Luis Casanova (corrige con una sonrisa) y me acuerdo que coreaban: «¡Madjer, torero, Madjer, torero!». La verdad me motivó muchísimo y creo que marqué un gol aquel día...

Sí, claro el 1-0 a los 15 minutos, aunque a muy poco del final los bilbaínos se llevaron el triunfo (1-2).

Sí, fue una pena por la ilusión de todos los aficionados.

Al próximo año, en octubre del 89, ya de nuevo con el Oporto, jugaría contra el Valencia en el mismo estadio. Cosas del fútbol, la acogida fue bastante diferente.

(Risas) El Luis Casanova siempre me trajo suerte. Contra el Valencia habíamos ganado 3-1 en Portugal y en la vuelta perdimos 3-2 y yo hice uno de los goles. Esto es curioso, en octubre de 1987, pocos meses antes de ir cedido al Valencia, me enfrenté también en la Copa de Europa al Real Madrid en València porque el Santiago Bernabéu tenía una sanción. Marqué el gol de mi equipo. Fue un estadio talismán, un lugar donde no me hubiese importado quedarme más tiempo. Sé que hubiera hecho muchas cosas bonitas.

¿Por qué no se quedó? ¿Lo intentó el Valencia CF?

Pepe Domingo Ibáñez, vicepresidente, me propuso un contrato de tres años. Sí lo intento con una oferta. La propuesta del Oporto fue más importante en lo económico... y la decisión no la tome solo yo. Estuve algo desconcentrado por los problemas de la lesión, que no había curado bien. Me arrepiento de no quedarme más porque el Valencia me ofreció mucho cariño y respeto y con el tiempo me he quedado con las ganas de devolverlo todo a los valencianistas.

Pese a que el número de argelinos en la Liga ha descendido, seguro que sigue la competición española. ¿El campeón parece que será el Barça, cree que sin Messi sería igual?

El Barça siempre será el Barça, existió sin él y existirá sin él, pero es obvio que nadie puede desmentir el dominio en el fútbol de Leo Messi. Todo lo que aporta este jugador al Barcelona. El Barça siempre aprovecha las crisis del Madrid y viceversa. Cuando uno flaquea, el otro suele ser el campeón, pero Messi es un futbolista aparte. Cambia el rumbo de un partido. Los italianos de la Roma merecen lo que han hecho por haber jugado la vuelta de los cuartos de final con un gran corazón y garra. Ahora que ya no está en la Champions, todavía hay menos dudas de que el Barça va a ganar la Liga. Es un título merecido, aunque a mí me gustaría una liga con otros campeones distintos a Madrid y Barça como fueron en el pasado el Atlético o el Valencia.

Después de dos temporadas fuera, el club regresará a la Champions, un paso vital para la estabilidad económica. ¿Cuál es la visión del Valencia en África o, más concretamente, en un país del Magreb como Argelia?

Esta temporada el Valencia CF está en su sitio, donde corresponde. Como mínimo cada año debe clasificarse para la Champions, más hoy en día, que el dinero marca diferencias. Para mí, detrás de Barcelona y Madrid aparece el Valencia y, a veces, puede darles un susto. Pasar dos años difíciles puede acabar siendo un mal para algo mejor, como lo vemos con este Valencia de Marcelino. Que, a unas jornadas del final, el equipo pueda darse ya por clasificado entre los cuatro primeros es un éxito total porque el objetivo del Valencia, por ahora, no es ganar la Liga, pero lo mínimo para una masa social como la valencianista es jugar la Liga de Campeones con regularidad.

¿Cómo valora lo hecho por el entrenador, Marcelino García Toral?

Creo que él ha sabido darse cuenta de que en el Valencia el corazón, la lucha en el terreno de juego, es algo muy importante para conectar con la gente. Para mí, la estrategia se ha fomentado sobre esta idea. Es muy difícil juzgar el trabajo de otro técnico... desde fuera parece un entrenador inteligente porque me da la sensación de que ha trabajado mucho el aspecto psicológico. Cuando un equipo pasa dos años seguidos difíciles es muy complicado devolverles la confianza rápidamente. Se nota que hay un buen mensaje en el vestuario y esto es gracias a Marcelino, que debe ser cercano a los futbolistas. La unión del grupo se observa en el juego, se ve que el Valencia es un solo hombre, una sola pieza. Esto es la fuerza y lo que le había faltado al Valencia en los últimos años.

¿Le gusta ese estilo de ataque rápido que tiene el equipo?

Sí, pero sobre todo la competitividad, el querer ganar todos los partidos sin importar el adversario. Eso sí, en mi opinión, habría que reforzar el equipo para la campaña próxima, ya que jugar la Champions hace necesario aportes nuevos a la plantilla, quizá, más experiencia en un grupo joven. Hay diferencias, el año que viene será más duro. Clasificarse para la Champions es una cosa y jugarla es otra bien distinta.

¿Qué jugador le gusta más en este Valencia CF?

Eh... Dani Parejo, sobre todo. Tiene el mismo estilo que tenía yo, aunque juguemos en posiciones diferentes.

El máximo goleador del equipo, Rodrigo Moreno, puede estar en la Copa del Mundo...

Me gusta, es un gran atacante porque hace muchas cosas bien... pero soy seleccionador y respeto a un seleccionador, Lopetegui, que maneja uno de los equipos nacionales más potentes de todo el mundo. Por ese gran respeto a Lopetegui yo no puedo decir este lo merece y este no... Es una selección en la que hacerse un hueco es muy complicado. Nadie mejor que Lopetegui conoce a los jugadores españoles. Él escogerá a los mejores. Como a mí no me gusta que se metan en mi trabajo y con mis elecciones, yo no voy a ser consejero de nadie, entrenar a la selección española es muy difícil. Son todos magníficos futbolistas y para los que no vayan será un poco injusto. Esta es la ley del deporte.

¿Cuáles son sus metas como entrenador de Argelia?

A corto plazo mi deseo es poner una segunda estrella a la camiseta de la selección argelina. Yo ofrecí una Copa de África a mi país como jugador y sueño ahora con ofrecerle otra estrella como seleccionador en 2019, en la CAN que se jugará en Camerún.