Los Hornets de Nueva Orleans, que tuvieron un comienzo de Liga brillante con marca de 8-0, han comenzado a perder fuerza en el campo y fuera se encuentran en graves problemas económicos que obligaron a la NBA a tener que comprarlos para que no perdieran valor y tampoco el resto de la liga.

El comisionado de la NBA, David Stern, fue categórico cuando dijo que la decisión no había sido nada fácil, y de hecho todavía no ha sido aprobada por los dueños de los demás equipos, pero era la única opción que quedaba para que la franquicia no perdiese valor, y de momento, tampoco abandone la sede de Nueva Orleans.

De ahí que Stern también fuese directo cuando dijo que con la decisión todas las partes implicadas ganaban tiempo para asegurar que la decisión final de venta fuese la mejor.

Los primeros que ganan tiempo y tendrán que decidir serán los políticos locales y del estado de Luisiana, que deben ayudar a superar los problemas económicos por los que atraviesa el equipo o de lo contrario al final podría irse, a pesar del interés que tiene Stern para que siga en la ciudad, a donde llegó en el 2002.

La franquicia inicialmente se formó en Charlotte, pero por los mismos motivos actuales, como son las pérdidas económicas y la no implicación de los políticos locales, fueron los que forzaron su salida de Charlotte, donde ahora están los Bobcats, equipo que tiene como copropietario al legendario Michael Jordan.

Stern confirmó que la liga está organizando un plan para adquirir al equipo de manos del dueño mayoritario George Shinn y del minoritario Gary Chouest, para convertir a los Hornets en el primer equipo que pertenezca a la NBA.

Shinn ha tratado desde principios de este año de venderle el equipo a Chouest, pero esas negociaciones se han estancado y Stern indicó que la urgencia de Shinn en vender su participación en el equipo se incrementó al acumularse deudas que no podía hacer frente.

Si la NBA no hubiera hecho nada, según Stern, Shinn se habría visto obligado a aceptar la primera oferta buena que tuviera, incluso si viniera de algún comprador que tuviera programado desplazar al equipo fuera de la ciudad.

Stern también reiteró que los políticos de Luisiana deben estar preparados para revisar el contrato de alquiler que los Hornets tienen firmado con el estado para jugar en la Arena de Nueva Orleáns, que pertenece al estado y el nivel de apoyos que recibirá el equipo en el futuro con dinero de los contribuyentes.

Stern hizo una referencia indirecta de los Saints de Nueva Orleáns, de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), que desde el 2001 han negociado apoyos por millones de dólares.

La gran diferencia entre los Saints y los Hornets es que el equipo de la NFL es todo un símbolo deportivo para la ciudad y el estado, y más desde que el pasado febrero se proclamaron como campeones del Super Bowl.