Fue el primer valenciano que ganó una medalla de oro con la selección española absoluta en un Europeo, ahora es el primero que jugará en la NBA y, salvó sorpresa, en pocas semanas será también el primero que consiga una medalla en baloncesto en unos Juegos Olímpicos. Gestas que en ningún caso debemos confundir con la precocidad de una carrera en la que la figura de su padre ha sido fundamental y le ha ayudado a tener en cada momento la paciencia necesaria para saber tomar la mejor decisión.

Unos valores que siempreserán su seguro de vida

Su familia y el colegio Maristas le han inculcado muchos de los valores que le han hecho grande, sobre todo fuera de la pista. Gran parte de culpa la tiene su padre, Francisco Javier Claver, quien fue profesor de Física y Química en este centro y a la vez un excepcional jugador y entrenador de balonmano —levantó la Copa EHF como técnico del Alzira—. Su pérdida el pasado año fue un duro golpe para Víctor, que sin embargo ha aprendido a hacerse fuerte con los años —más de lo que muchos piensan—.

Educación y deporte siempre han ido de la mano

La importancia de la educación en su adolescencia hacen que no se mueva de la calle Salamanca pese a que equipos como el Estudiantes, Joventut, Unicaja, FC Barcelona y Real Madrid, además del Valencia Basket, comiencen a llamar a su puerta con ofertas que incluían desde colegios caros en otras ciudades, a material deportivo o puestos de trabajo para sus padres. «Víctor ya va al mejor colegio, las zapatillas se las compramos aquí y afortunadamente ya tenemos trabajo», solía argumentar su padre. En esa época entrenadores como Alberto Meléndez, Juanjo Rojo, Txemi Román o Toni Muedra, bajo la supervisión de Manolo Mesa, hicieron una excepcional labor en su formación como jugador en Maristas.

El salto al Valencia Baskety al baloncesto profesional

De la mano de Manolo Real llega al cuadro taronja para continuar con su progresión. Trabajó con Manolo Diez, José Vicente Gil y Carlos Frade, aunque con Roberto Íñiguez arranca su despegue tras pasar por el EBA. De ahí al primer equipo, con el que debuta en la pretemporada 2005/06, entrenamientos específicos con Chechu Mulero y tras unos inicios difíciles con Ricard Casas y Fotis Katsikaris, se hace importante con Neven Spahija, con el que se proclama campeón de la Eurocopa en 2010. Su progresión continúa con Pesic y Perasovic antes de irse a la NBA.

Una historia en la NBAque todavía está por escribir

El 11 de julio de 2012 estampa su firma en un contrato por tres temporadas y 4 millones de dólares con los Blazers. Su presentación forma parte ya de una historia que aún está por escribir y cuyo futuro es más prometedor que su gran presente.