El fútbol nos ha dado esta semana bien en los morros pero afortunadamente no ha terminado. Alegrarse por ganarle un partido al FC Valors o al Real Meseta supone volver muchos años atrás, a cuando el Valencia de mi infancia solo podía aspirar a eso, y con eso nos alimentábamos durante meses, y por más que todos firmaríamos ganarle al Barça la realidad es tozuda y este viernes se ha exhibido ante nosotros hurgando en la herida con placer. Se ha recreado y nos ha enseñado a los valencianistas dónde estamos. Insisto en que la semana no ha terminado y todavía puede depararnos alguna sorpresa bonita en la última curva del Camp Nou, pero soñar con dar la campanada no está reñido con decir algunas cosas, porque ya va tocando.

La realidad se ha disfrazado de semifinales de Liga de Campeones y de Europa League y nos da un puñetazo de sensatez para que pongamos los pies en el suelo. De esto tenemos que aprender todos. Y me incluyo como periodista y como aficionado. Ver al Villarreal y al Sevilla en semifinales de Europa League, y al Atlético competir con los más grandes duele pero no queda otra que digerirlo y asumirlo, lo primero es detectar el problema para después actuar y dar con la solución. Esta semana ha sido tranquila pero rara, tanto que una veterana periodista de Madrid y seguidora del Atlético Meseta ha provocado que podamos separar la paja del grano, lo bueno de lo malo, o lo sustancial de lo superficial. Y de paso, que detectemos una vez más a los intrépidos que se creen capaces de dictar qué es valencianismo y qué no lo es. Intelectuales, ¡puaj! Desconfíen, el dirigismo intelectual es peligroso. Hagan lo que les dicte su conciencia, ya saben, siempre libres al sol y al viento.

Sí, deportivamente somos un desastre, pero en lo financiero la cosa está estabilizada por más que solo escribir que el Valencia tiene 350 millones de euros de deuda, asusta. Sustos al margen, no olvidemos dónde estábamos cuando no hubo más remedio que vender el club en subasta pública al mejor postor; estábamos al borde de la quiebra técnica porque no podíamos pagar la deuda, pero tampoco olvidemos que esta temporada nos creíamos ricos y poderosos y al final hemos luchado por no descender, y hemos hecho el ridículo en todas las competiciones a las que hemos optado. En Europa League no hemos llegado ni a cuartos de final, donde sí estaban equipos como el Athletic, el Sevilla o el Villarreal.

¿Quiénes somos?

Ver al Atlético de Madrid con los más grandes en Europa no puede más que obligarnos a pensar quiénes somos, de dónde venimos, y adónde vamos. Creo que la temporada pasada dimos un paso adelante y nos acercamos a ellos pero en esta hemos dado dos o tres hacia atrás. Honestamente pienso que ahora estamos demasiado lejos de los rojiblancos como para que sean nuestro espejo en el corto plazo. Si hasta creo que Sevilla y Villarreal nos han pasado por la derecha y no nos hemos dado ni cuenta€ Y no pongo al Athletic en ese barco por vergüenza. Pues eso, que todos sabemos perfectamente quiénes somos y de dónde venimos, pero no está tan claro adonde vamos, y eso, solo lo puede responder Peter Lim. Primero depende del dinero que quiera seguir gastando aunque en esto el control financiero te obliga a hacer algunas limitaciones, pero seré sincero, aún tratándose del Valencia, se me hace muy difícil decirle a alguien ´ponga usted no sé cuántos millones de euros para que yo vaya al fútbol a pasarlo bien´. No me sale. Me cuesta. Me cuesta menos en cambio, decirle que ya que los pone, que lo invierta bien y sea coherente, que se deje de inventos porque todo el dinero del mundo no sirve para justificar lo mal que ha hecho algunas cosas. Me cuesta menos decirle que se deje de caprichos porque por más que a él le duelan en el bolsillo, a los valencianistas le duelen en el corazón, y no sé qué es peor. Y si tiene que ser García Pitarch quien decida, que sea García Pitarch quien decida todo, y si no tiene que ser García Pitarch, pues que no sea García Pitarch, pero que deje las decisiones futbolísticas en manos de un profesional, que bastantes disgustos nos han costado ya sus corazonadas, sus apuestas y sus brindis al sol.

Vender y comprar

Quiero creer que Peter Lim ha aprendido que no es lo mismo vender y comprar jugadores que hacer un equipo de fútbol, y que la clave para hacer un bloque competitivo está en el entrenador. Cuanto más azúcar más dulce, obviamente, cuanto mejores jugadores tengas, mejor equipo, pero el entrenador es el principal ejecutivo en un club y se tiene que elegir en virtud de criterios profesionales. Señor Lim, dele una oportunidad al fútbol de verdad y deje de lado los cromos, se dará cuenta que a veces, menos puede ser más. Piense que para hacer un equipo a base de talonario hace falta mucho talonario, y los ejemplos los tiene en el Chelsea, el Real Madrid o el PSG, en cambio, con un entrenador que sepa lo que quiere, que tenga la suficiente experiencia, y tenga además un director deportivo trabajando a su lado para fichar lo que realmente hace falta en las posiciones en que hace falta, se puede competir con cualquiera. Usted sabrá si quiere seguir tirando el dinero, o si como el Atlético, quiere tener un equipo que no le tema a nadie y plante cara siempre. Usted decide si deja a los profesionales hacer su trabajo.

Ahora, Pako Ayestaran tiene la oportunidad de convencernos a todos de que puede ser entrenador del Valencia, si lo consigue me parecerá estupendo, ¡bien por Pako! Si no consigue convencernos, tendrá para siempre el agradecimiento sincero de todos los valencianistas porque se puso delante del toro cuando más peligro había, pero aprendamos del ejemplo Neville... y ¿por qué no? aprendamos de Simeone o de Marcelino. Señor Lim, no todo está perdido.

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