Si todavía hay alguien que no sabe porqué el fútbol es el deporte más bonito del mundo y lo seguirá siendo por mucho que algunos lo quieran mercantilizar, que mire qué le ha pasado al Valencia CF con apenas unos días de diferencia. El domingo de la semana pasada en Mestalla iba ganando un partido por 1-0, un resultado que hasta se podía considerar algo injusto, y en el último suspiro, en el último segundo, se le escapa la victoria con un gol que nace en un remate del portero rival en un saque de esquina. En el siguiente partido va perdiendo 1-0 de manera justa, y en el último suspiro del partido, es el Valencia CF quien mete el gol que salva un punto. Prefiero haber ganado alguno de los dos partidos y haber perdido el otro porque sumar tres puntos es mejor que sumar dos por dos empates, pero repito, el fútbol es imprevisible y a la vuelta de la esquina siempre tiene alguna sorpresa que mostrarte. ¡Me encanta!

Pase de Parejo y susto

Más allá de "me gusta el fútbol" porque "los domingos por la tarde es la mayor de mis aficiones", el partido que hizo el Valencia CF requiere cierto análisis. Y quiero empezar diciendo que no esperaba que el equipo no se aplicara en Valladolid. Con esto no digo que haya perdido la confianza en estos futbolistas, ni mucho menos, pero esperaba que fueran más intensos. El equipo de Sergio Sánchez es muy limitado en ataque -no es casual que llegara al partido tras mas de 400 minutos sin marcar gol- pero defiende bien, repliega con energía y reduce los espacios con inteligencia, y la manera de meterle mano es moviendo la pelota con rapidez. Para ello es imprescindible tener más intención de la que tuvo el equipo de Celades.

Sé perfectamente que el viento -y en Pucela hacía mucho- ayudó y no poco a que el juego fuese menos preciso y eso facilita la labor del que, en teoría, tiene que defender, pero por encima de los elementos, se vio un Valencia CF que no quiso hincarle el diente al rival. Tal vez por eso el entrenador les dijo a sus futbolistas que se vayan de vacaciones y desconecten, porque vienen de mucha exigencia física y mental. Efectivamente, no creo que la falta de aplicación que tuvieron los futbolistas se deba a que no les dio la gana, fue más bien que andan fundidos física y mentalmente. Pero como son competitivos, cuando se vieron derrotados tiraron para adelante y ahí apareció Parejo con un espectacular pase que descolocó de tal manera al Valladolid, que cuando el balón llegó a Ferran ya no supo qué hacer.