Igual eran mis ganas de fútbol que me llevaron a pensar que en el primer partido empezaba y acababa todo y a ello se sumó la cruel manera en que se escaparon los tres puntos, aunque no por ello injusta, pero el fútbol en forma de resultados negativos de gran parte de sus rivales le ha vuelto a dar una oportunidad al Valencia CF y a Valencia CF Celades. Eso sí, es evidente que ya van quedando menos opciones, concretamente una menos, y más si tienes en cuenta que el próximo partido es ante el Real Madrid que ha vuelto a la competición siendo fiel a su historia: ganó con la ayuda de los árbitros. Nada nuevo y nada ha cambiado con el VAR. Soy de los que pensaba que con el videoarbitraje estas cosas pasarían a mejor vida así que dime iluso. Pero volvamos a lo verdaderamente importante: ¿Tiene el Valencia CF opciones de meterse la temporada que viene en la Liga de Campeones? Sí, las tiene y no se trata solo de opciones meramente matemáticas. Pero para que sean algo más que pura estadística han de cambiar muchas cosas. A lo de la intensidad ya he renunciado.

Con Celades al frente el Valencia CF no será intenso jamás. La intensidad se entrena y él no pone especial hincapié en ello. Y si lo hace no logra que sus futbolistas sientan la necesidad de ser intensos. Se motivan para un partido en concreto, como podría ser por ejemplo el de Valdebebas, pero en general, el equipo es como él, blandito. De entrada digamos que no es un problema ser un equipo de fútbol blandito y admito que lo de la intensidad es muy subjetivo por mi parte, es decir, me gusta que los equipos vayan, metan la pierna, muerdan, vayan al choque y peleen. Crecí con el Valencia CF de Ranieri, Cúper y Benítez, eso me ha marcado para siempre. Y sí, me gustaba el Valencia CF de Marcelino. Pero eso no es importante porque no es más que mi opinión. Repito, no es un problema ser un equipo de fútbol blandito si luego haces otras cosas, el problema es que esas otras cosas no las haces. En otras palabras, el Valencia CF de Celades no arrolla por juego. Al contrario, sigo pensando que es un equipo hecho para correr, pero a su entrenador no le gusta correr, y de ahí el cortocircuito. Pero eso tampoco es culpa de Celades, si acaso es de quien decidió que llegara en septiembre con la competición empezada. El caso es que la intensidad como manera de definir al Valencia CF como equipo de fútbol pasó a mejor vida pero no encontramos las alternativas que propone este Valencia CF a ser intenso. Total, que para que las opciones que tiene el equipo de meterse en Champions sean algo más que matemática tiene que cambiar y resulta que el problema es precisamente que el equipo cometió los mismos errores que antes de que la pandemia del coronavirus frenase por imperativo legal lo que parecía una caída en picado e irremediable.

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