Hace unos días andaba viendo una charla de Juan Luis Arsuaga y citó a una frase del zoólogo Konrad Lorenz que dijo algo así como que el chimpancé por sí mismo no es un chimpancé, un chimpancé es un chimpancé si está en una manada, porque no se puede desligar el comportamiento social del chimpancé de la manera de ser y de comportarse del chimpancé. Y eso vale para los seres humanos... y por lo tanto para los futbolistas. Un futbolista solo en el mundo, no es un futbolista, es alguien que le da patadas a una pelota. Un futbolista es un futbolista en la medida en que pertenece a un equipo de fútbol.

Quique Flores lo resumió de manera brillante citando a Kipling con aquello de la fuerza de la manada es el lobo y la fuerza de lobo es la manada, es decir, en esto del fútbol, o se monta un equipo compacto con las ideas claras en el que cada individuo sabe lo que tiene que hacer en cada momento y entiende que su trabajo individual está al servicio del colectivo, o no hay nada que hacer. Pero cuanto mejores lobos tengas, mejor es la manada. En manos de Javi Gracia está hacer del Valencia CF un bloque fuerte, en manos del presidente y del máximo accionista está reforzar el equipo. Y vale, tienes una plantilla que no puedes pagar y además optas por tratar de minimizar el posible impacto del Covid en el club y por lo tanto te obligas a ajustar mucho el gasto, pero eso no ha de ser necesariamente incompatible con fichar o con reforzar el equipo, sobre todo en aquellas posiciones donde es necesario.

Imaginación es, por ejemplo, incluir a un jugador cuando estás haciendo una operación múltiple con un club, imaginación puede ser haber intentado meter a Vicente Iborra en la operación de Parejo y Vicente Iborra Parejo Coquelin Imaginación no es esperar a que haya salidas para que haya fichajes, esa es una ecuación demasiado simple. Tan simple, que en este caso prefiero hablar de capacidad. Esperar a los días finales de mercado para rematar la plantilla o reforzar una posición donde andas más flojos se inventó cuando se inventó el cierre de mercado. Impera la ley de la oferta y la demanda y dependiendo del contexto el jugador puede ser más caro o más barato. En el contexto actual, puede ser más barato porque sobran futbolistas y falta dinero, pero eso es una cosa y otra esperar al cierre de mercado para fichar dos posiciones que son vitales si de lo que se trata es de hacer un equipo competitivo. Eso se llama incapacidad. Y sí, puede que el germen de ello esté en la economía, pero se parece tanto a la falta de voluntad para acabar el estadio, que uno duda de que realmente haya voluntad de reforzar el equipo...

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