No soy Martin Luther King, obviamente, pero me voy a tomar la licencia de ´fusilarle´ su célebre frase para referirme al partido de mañana frente al Barça. Ya sé que puede parecer una ligereza por mi parte recurrir a tan insigne personaje para hablar de una eliminatoria de Copa del Rey. Y sí, efectivamente, algo de eso hay. Pero que ningún purista se lo tome a mal. Es sólo un recurso literario para resumir cuáles son mis sensaciones respecto a este partido.

Siempre positivo

Martin Luther King —enorme activista en pro de los derechos de los negros en Estados Unidos… cuando los negros no tenían derecho alguno— fue un líder de masas siempre parapetado en unos discursos con un enorme calado y repletos de mensajes optimistas. Luther King era fundamentalmente un tipo constructivo que tenía acongojado al poder establecido. Él creía en la igualdad y la proclamaba a los cuatro vientos… y ese mensaje calaba en la gente y de sus palabras justas y pacifistas nacieron legiones de seguidores. Martin era siempre positivo… nunca negativo.

Un gran sueño

Uno de sus más célebres discursos comenzaba así: «Anoche tuve un sueño… » y a continuación relataba un montón de proyectos honrados para la sociedad en general y fundamentalmente justos para los más desfavorecidos: la población de color. Pues bien —y vuelvo a pedir perdón por mezclar fútbol con derechos humanos—, yo anoche también tuve un sueño y ese sueño consistía en que eliminábamos al Barcelona.

Los de Pep sufren

Vale, sí, ya sé que no somos favoritos… pero yo me lo creo, he visto ya muchas cosas alrededor del mundo del fútbol que me hacen confiar en el efecto sorpresa, en las gestas, en las hazañas memorables. Y además existe un dato que es real como la vida misma: el equipo de Pep Guardiola sufre. El mejor equipo del mundo flaquea. Comenzó dando malas sensaciones lejos de su campo y acabó este pasado sábado pasándolas canutas ante la Real Sociedad en el Camp Nou. ¿Soñamos? Soñemos.

Otra de Martin

Bien, Luther King pasó a la historia por muchas cosas. Sus discursos eran memorables. Y existe una buena hemeroteca para echar mano de algunas de sus más acertadas consignas. La de «anoche tuve un sueño» bate todos los registros.Pero apunten esta otra que para mí tiene un enorme calado: «Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol». ¿No les parece absolutamente genial?

Nuestro árbol

Volvamos al fútbol y al partido de mañana. Y echemos mano de Luther King… siempre con respeto y las disculpas por delante. Pensemos que mañana se puede acabar la Copa para el Valencia, que el Barça nos elimina, que nuestro sueño se acaba. ¿Y qué hacer? Hoy estamos a martes y lo de que el mundo se acabe mañana no está del todo claro; yo me mojo a favor de plantar el árbol de la esperanza y de la ilusión. Y ya puestos, como somos de casa, yo plantaría un naranjo repleto de ilusión y mensajes optimistas y veremos qué pasa. Con el naranjo de nuestra parte.... podemos.

Buenas sensaciones

El Valencia llega al choque de mañana habiendo recuperado las sensaciones perdidas… las buenas sensaciones perdidas en los últimos partidos de liga. Ante el Atlético de Madrid jugó un partido serio y arrancó un empate meritorio. Y eso es bueno para la autoestima de los jugadores de Emery.

La retaguardia

Bien, expuesto todo lo anterior, es decir, dejando claro que tengo un sueño y que este me dice que sí que podemos eliminar al Barça, yo me permitiría una nueva licencia para decir que tengo otro sueño y que este me dice que si Rami y Víctor Ruiz se centran y que si el Valencia es capaz de defender las jugadas a balón parado… la final es posible. Así pues, ya saben: plantemos un naranjo y soñemos. A Martin lo asesinaron pero él ganó la batalla en pro de los derechos de los negros.