Momento de entrenador. Eso es lo que llevo diciendo desde el pasado jueves en la radio cuando el Valencia CF acumuló su quinto partido oficial sin ser capaz de ganar uno. Dice Marcelino, el técnico valencianista, que el Valencia CF de la pasada campaña es historia y que este año tienen que construir un nuevo equipo que consiga ser competitivo. Sin embargo, ese objetivo de momento no lo están logrando merced a la imagen que está mostrando el equipo en el mes que ya llevamos de competición. Sin estar ante una situación irreversible sí se puede asegurar y afirmar por la experiencia de las últimas temporadas que, o la reacción del vestuario, del equipo y por supuesto del entrenador llegan de manera casi inmediata, o la temporada puede torcerse mucho a las primeras de cambio.

Desde que llegó a Valencia Marcelino ha visto como casi todo le ha funcionado de cara gracias a un gran trabajo que se vio reflejado sobre el terreno de juego con muchas victorias y muchos puntos desde el inicio de la Liga anterior. Ahora, el trabajo sigue siendo innegable en el día día pero por desgracia ese trabajo no se está bien acompañado con los resultados y cuando estos no llegan suele cundir el nerviosismo y afloran las primeras dudas. No soy dudoso de creer ciegamente en el asturiano, de hecho he repetido en innumerables ocasiones durante el último año que me parece la mejor noticia para el valencianismo en la última década porque fue capaz de rescatar un club en ruinas y volver a meterlo en la élite europea. Sin embargo, ahora le veo algo nervioso, le veo con las primeras dudas, y todo ello lo entiendo como algo normal porque las expectativas generadas de esta temporada habían sido muy grandes. Casi, casi se habían disparado los últimos días de agosto con la llegada de Gonçalo Guedes. Ahora todo es historia, ahora toda la ilusión acumulada por los fichajes delante del mercado estival no sirven de nada y eso es algo que normalmente cuesta distinguir al aficionado, y me incluyo el primero. La ilusión que pueden provocar los fichajes durante los meses de julio y agosto no tienen nada que ver con el rendimiento que luego estos ofrezcan sobre el terreno de juego y por desgracia el Valencia casi de manera histórica cada vez que hay una gran inversión económica al equipo le suele costar competir.

Por eso, creo que el de ahora es un momento de entrenador, porque ahora es cuando Marcelino tiene que sacar todo lo mejor de sí mismo para conseguir llegar al futbolista, para convencerlo del mensaje que tan fácil caló en el vestuario el pasado curso y para restarle la ansiedad y el nerviosismo que ahora mismo sobra en ese vestuario. Para ello, el técnico debe ser capaz de acertar con los que mejor están y empezar a crecer con un bloque más concreto y con menos rotaciones de las hechas hasta ahora. Se ha construido una gran plantilla y amplia, con buenas alternativas en muchas posiciones del campo y sobre todo, por nombres, con bastantes jugadores atacantes para rotar y tener muchos más argumentos ofensivos de los que se están mostrando hasta ahora. Ahora bien, en la actual momento casi es preferible apostar durante cuatro o cinco partidos por los mismos y no cambiar cada dos o tres días porque tengo la sensación de que eso está restando confianza individual y colectiva el grupo.

Del mismo modo que creo que es el momento del entrenador, no puedo descargar de responsabilidad a los jugadores. Y sí, está claro que esto deben sacarlo adelante todos pero en las malas la exigencia no puede ser la misma para todos porque para algo en las plantillas hay roles y futbolistas que son líderes. Ahora también es su momento. Parejo no puede permitirse más tiempo de desconexión, porque el entrenador ha construido un equipo que necesita que él funcione. Del mismo modo ocurre con Rodrigo, el delantero debe sacar su mejor versión porque este equipo ataca en función a sus prestaciones y últimamente no está. Hablo de esos dos porque son dos de los capitanes pero en defensa, jugadores como Gayà deben dar ese salto definitivo que les consolide en la élite y les confirme como jugadores de Champions o por el contrario se quedarán estancados y otros como Murillo y Paulista deben empezar a mandar sin estridencias. Ahora también es momento para que ellos tiren de los más jóvenes y marquen el camino. Ahora es cuando van a demostrar si lo del pasado curso fue flor de un día o si realmente pueden asentarse como jugadores importantes a nivel europeo.

Hoy por fin, porque no hay alternativas, veremos a Soler en el centro del campo junto a Parejo. Espero que si el nano no tiene su día no nos subamos al carro de que no vale ahí, porque no es sencillo jugar en el centro del campo y mucho menos si llevas meses sin hacerlo ahí. Creo que los dos pueden compenetrarse bien y formar una buena sociedad porque son dos jugadores que tratan bien la pelota pero es evidente que los dos tendrán que correr más de lo habitual para cubrir los espacios que habitualmente cubre Kondogbia. La gran noticia del regreso de Coquelin será todavía mejor si cuando compita se parece al que vimos desde enero hasta marzo porque ese jugador aumenta mucho el nivel competitivo del equipo. Hoy en Villarreal, el equipo debe dar un paso adelante y mostrar la misma intensidad que mostró durante prácticamente toda la pasada campaña. Porque aunque Marcelino diga que eso ya es historia, él sabe muy bien que los valores de aquel equipo son el camino para volver a la senda de las victorias. Ha llegado su momento porque el fútbol no espera a nadie.

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