El importantísimo triunfo en Getafe fue el pasado sábado la confirmación del acierto tremendo que ha sido el cambio de sistema para sacarle rendimiento a la plantilla y del mérito de Paco López a la hora de saber cómo hacerlo. Una labor encomiable en la que hay que subrayar también tanto la actitud como la confianza demostrada por los jugadores, comprometidos y conscientes tanto de lo mucho que había en juego como de la necesidad de adaptarse y saber a qué hay que jugar en cada momento. A pesar de los cambios, juegue quien juegue la entrega es siempre máxima y eso es algo que a la larga va a tener premio seguro. El equipo, que estuvo mejor en la segunda parte, demostró una vez más ante un muy buen rival y en un estadio complicado que compite con cualquiera.

Medio de referencia

La entrada de Bardhi por Prcic en el descanso fue clave y no sólo por el gol de falta. Al bosnio le pesó bastante la tarjeta amarilla y probablemente Paco pensó que al no tener un jugador de referencia en esa posición le daba igual alinear a otro de perfil más atacante. Ofensivamente, por cierto, fue notable otra vez y pese a no marcar la aportación de Boateng, un punta que no destaca por el gol pero sí por lo que genera.

Mirando arriba

Las dos victorias consecutivas han dejado al Levante en un lugar más justo de la clasificación y en una temporada en que con lo igualadas que están las fuerzas la situación se presenta propicia para aspirar a algo mas que la permanencia y la zona tranquila. La aportación de jugadores que como Bardhi marcan diferencias va a ser ahí fundamental. Y es que su golazo de falta le dio al equipo justo lo que le faltó a un Getafe que sin jugadores con esa calidad terminó cediendo pese a lo equilibrado que estuvo el partido, con mucho juego directo por parte de los dos contrincantes.

Oier, reivindicándose

El gol lo marcó Bardhi, pero igual de importante y así hay que reivindicarlo fue la parada con el pie que Oier le hizo a Maksimovic y que lo cambió todo. El portero ha recuperado en los dos últimos partidos la confianza que parecía haber perdido y, recuperado anímicamente, ha vuelto a presumir de reflejos bajo palos salvando goles casi cantados.

Los hombres de Paco

Haber dejado a Oier como titular pese a la presión popular, lo mismo que ha ocurrido con Campaña, habla muy bien de la personalidad de Paco López, un entrenador que está manteniendo la cohesión del vestuario con decisiones justas y naturales. De hecho estos dos jugadores en cuestión son junto a Morales los intocables en el once. Un trío al que personalmente ahora mismo sumaría a Boateng, que va a ser muy difícil que pierda el sitio que se ha ganado merecidamente como titular a menos que el equipo padezca una sequía de goles mientras él esté jugando. No hay duda de que haciendo dupla arriba con Morales forma una delantera muy peligrosa y que precisamente el rendimiento y los desmarques de descongestión para el grupo del Comandante han llevado al míster a preferirlo como delantero en lugar de cosido a la banda. Morales, en ese sentido, es una bendición, ya que tiene recorrido para jugar en distintas demarcaciones. A Jason, en cambio, le cuesta algo más como carrilero, pero aun así hay que aplaudirle por su entrega, ya que se trata de un extremo puro, explosivo y con dinamita que se está sacrificando defensivamente por el bien del conjunto.