Poco se le puede reprochar al Valencia CF como equipo en este partido, fue muy raro en todos los sentidos. La Atalanta sabía que al jugar sin público podría hacer valer su poder ofensivo. Fue tan raro que no parecía de Champions como consecuencia de jugar a puerta cerrada y del resultado de la ida. Quizás con Mestalla lleno habría sido otra cosa porque la afición te lleva en volandas, pero el tercer gol que le daba alas al Valencia CF para soñar apenas duró. Llegó pronto el tercero de Ilicic, que evidentemente es un extraordinario futbolista y por eso hizo uno más, hasta cuatro, pero lo cierto es que todos los tantos de los italianos fueron por errores no forzados de los valencianistas, o defensivos, o de marcaje o tácticos. Los dos penaltis de Diakhaby, el tercero que llega tras un no golpeo de Kondogbia en la frontal que permite la transición rápida de la Atalanta. En el cuarto era cuestión ya de brazos caídos.

El Valencia CF arrancó con un 4-4-2 muy marcado con Coquelin en el eje de la zaga. No había nada que perder pero una falta de criterio en la marca provocó el primer penalti y el gol en contra. El Valencia CF centró su fútbol por el pasillo central y enfrente encontró a un equipo que ha aprendido varias lecciones para jugar de visitante. Tiene el libreto bien trabajado y aprendido fruto de los muchos goles que recibe. Cada vez que pedía el balón se posicionaban todos los futbolistas detrás de él en campo propio y eso reducía muchos espacios atrás y le complicaba la creación al Valencia CF, en especial a Parejo, que no encontraba los pases interiores y hacia las bandas que es por donde había que atacar.

La sorpresa tenía que venir por fuera y no por dentro, la superpoblación del medio del campo provocaba muchos errores y la Atalanta se sentía cómoda con un marcador tan a su favor. Y por fuera llega el tercer gol tras un centro lateral de Ferran. Lo marca Gameiro que ya hizo el primero después de un buen desmarque. Me gusta el francés, es un futbolista siempre punzante que ataca bien los desmarques. Antes Celades había hecho un cambio que me gustó también, un cambio ofensivo. Línea de tres centrales con Gayà,Was y Kondogbia, doble pivote con Parejo y Soler, dos bandas y arriba Gameiro y Rodrigo. En eso le vino bien el partido a Celades porque le permitió probar otros sistemas y alternativas. En definitiva fue todo muy raro, muy extraño raro. Sin público y sin esa pasión y con el marcador tan claro desde el partido de ida, parecía cualquier cosa menos un partido de Champions.

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