«Eppur si muove» dice la leyenda que comentó el gran Galileo, y sí, la tierra se mueve y el famoso péndulo de Foucault, que los que hemos visitado la Ciudad de las Ciencias y las Artes de Valencia, hemos podido apreciarlo en una de sus variantes, nos lo demuestra.

Si, y también Messi lo hace, porque desde el famoso 'burofax' Y es que el primer movimiento fue el de marcharse, sin pagar ninguna cláusula porque estimaban el jugador y su entorno que le permitía liberarse «al finalizar la temporada 2019-2020». Después otro movimiento no acudiendo a las pruebas PCR, y enseguida, otro más, sin aparecer por los entrenamientos.

Balanceado el péndulo, afectó al Barcelona, cuyo presidente llegó a ofrecer su cabeza («Si soy yo el problema, me voy» o algo así) para que el genio del fútbol se quedara... Luego reuniones paternas con el Barça, penduleando, si se me permite la palabreja, más aún si cabe. Y, tras varias idas y vueltas, finalmente, una declaración institucional de Messi donde decía que iba a quedarse, para no pelear en los juzgados con el equipo de su vida y que, por eso, se mantenía. Es decir que, en el fondo, seguía y sigue creyendo tener razón y que no se va por no estar en una batalla legal con el Barça.

Y, ahora sí, a finales de junio de 2021, se marchará Messi del FC Barcelona, o al menos es lo que parece decir, a salvo de que el péndulo vuelva a marcar un paso diferente. Pero, en principio, no parece este ser el caso y quedará libre a final de la temporada que va a empezar, para fichar por quien quiera y, ojo al dato, gratuitamente en cuanto a traspaso o cláusula. Siendo esta la situación, ¿dónde estuvo el problema? Parece, por la última comunicación de Messi, que se le prometió poder marcharse y creía que, con ese burofax, el Barça se sentaría a negociar para permitir que se fuera, o gratuitamente o con un pago inferior a los 700 millones de la cláusula. Eso, el club no lo permitió y de ahí el enfado que se nota en la última comunicación.

Pero ¿se podía haber marchado sin pagar? No tengo más elementos de juicio que la carta-respuesta firmada por el padre de Messi, y enviada a la liga, que respondía a lo que ésta había dicho: no le daremos la baja contractual. Fue un brindis al sol de la Liga, pero entendible, ya que protegía su mercado. Sin embargo, nada hubiera podido hacer si se hubiera marchado. Pero, aún con la frase de que se podía ir gratuitamente «al acabar la temporada 2019-2020», y entendiendo que esta finalizó el 23 de agosto, con la Champions League, ¿qué club iba a atreverse a que un juez de Barcelona no lo viera así?

Eso, y la falta de acuerdo amistoso, es lo que ha impedido que se marchara del Barcelona. Ha acabado pues la serpiente de verano y ya estamos esperando que comience la temporada, aún sin espectadores. Mientras comienza, les recomiendo la novela "Progenie", de Susana Martin Gijón. Ánimos a todos y esperemos vernos pronto en los estadios.