Perdió el Valencia con el desafortunado autogol de Toni Lato y, sobre todo, teniendo que reconocer la superioridad de un Atlético de Madrid que anda muy fuerte. El equipo de Diego Simeone ha evolucionado, dispone de muchas más alternativas de ataque que en temporadas anteriores. Propone juego sometiendo a los rivales, como hizo con el Valencia, con grandes porcentajes de posesión de balón. Además, y los valencianistas lo sufrieron, el Atlético cuenta con la plantilla más completa de la Liga, un arma que le valió para madura la victoria en la segunda mitad. El Valencia, por su parte, compitió, aunque solo quiso responder y no proponer. Eso se lo dejó al Atleti. No hubo posibilidades de gol para Maxi ni para nadie más allá de una acción de Uros Racic en la primera mitad. El balón no llegó a los delanteros... A la postre, diría que Simeone movió un tanto mejor que Gracia sus piezas.

Con un 5-3-2, el ‘Cholo’ fortaleció a los suyos para controlar en superioridad los movimientos de Maxi Gómez y Manu Vallejo. En fase ofensiva, sin embargo, el sistema se transformó en un 4-4-2 con Lodi pasando al extremo y Hermoso al lateral zurdo. Las características de Racic, de jugador diesel, pudieron costarle caras al Valencia con un par de errores. Lemar creó mucho conflicto entre los mediocentros y los centrales, pese a que Carlos Soler, bien posicionado, intentó contrarrestarlo. En ese espacio se echó en falta más ayudas de los atacantes para obstaculizar el inicio del juego de Koke... Los rojiblancos se abalanzaron sobre la portería de Jaume, gran artífice del 0-0 al descanso.

Como en la primera, en la segunda continuó siendo un partido de entrenadores. Simeone arrancó primero colocando a Joao Félix por detrás de Correa, así dotó de talento e imaginación la zona a las espaldas de Racic y Soler. Quizá, uno de los dos pivotes del Valencia debió ser más avispado para referenciar a Joao y limitar sus acciones. Y Guedes tuvo que seguir insistiendo para obligar al Atleti a mirar atrás. Pero no lo hizo nadie. Simeone movió más fichas. El primer movimiento del Valencia lo provocó la lesión de Hugo. Por cierto, los percances musculares en el equipo ya son preocupantes. Avanzado el duelo, Gracia obró un triple cambio para recargar las energías. Faltó alguien más ofensivo en el medio. Correia, Gameiro y Sobrino, jugadores rápidos en busca de carreras que no hubo manera de encontrar. En el gol, acción desgraciada, falló toda la cobertura defensiva. Carrasco torpedeó a Wass.