El guardameta se ganó por méritos deportivos en el Recreativo de Huelva un lugar en la plantilla del Valencia, y tendrá ficha del primer equipo a imagen y semejanza de César y Moyà. Digamos en este sentido que no parte en desventaja ni tampoco como comparsa. Emery se empeñó —como suele hacer el vasco cuando se le mete algo entre ceja y ceja— y finalmente tendrá los tres porteros que quería en plantilla. Para Emery la temporada es muy larga y un contratiempo de cualquiera de los que están bajo palos hubiera conllevado, de no estar Guaita, que en un partido de Champions o cuando se estén jugando la Copa o a muerte en Liga, tener que apostar por un chaval que defiende la portería en Tercera. Pero no será el caso. Emery tendrá a César, Moyà y Guaita.

No hay duda de que la botella desde el lado de Guaita no se ve tan llena como desde el de Emery. Al joven meta se le corta en parte o en mucho su progresión —cuanto menos la que da la regularidad que tendría en otro club— en beneficio del Valencia, que todo sea dicho y a fin de cuentas es quien le paga. Esperemos que la jugada le salga bien a Emery y también al club, porque a Guaita le restan dos años de contrato y como suele suceder en estos casos el próximo verano habrá que tomar una decisión más o menos firme sobre su futuro.

Por cierto, me cuenta mi compañero Vicente Linares que el fichaje de Saúl, portero del Levante y que militará en el filial, se hace lógicamente con miras a potenciar el equipo de Vicente Mir y, a su vez, para no cortar la progresión del juvenil Javi, quien estuviera en Ptuj con el primer equipo. Javi tendrá ficha del juvenil y así, salvo que Mir lo quiera para ser titular, podrá jugar todas las semanas.