El método para ganar el gordo en la Lotería de Navidad

Voltaire encontró la fórmula para hacerse rico y poder dedicarse así a una de sus grandes pasiones, la escritura.

Cada vez falta menos para el sorteo de la Lotería de Navidad de este año en el que se reparten en premios unos 2.408 millones de euros. Todavía estás a tiempo de comprar tus décimos y conseguir el premio. El azar es uno de los factores que entra en juego para sacar un rédito económico, aunque muchos intentan hacer uso de métodos eficaces con el objetivo de hacerse con el premio más ansiado. Expertos como Richard Lustig, que ganó hasta siete premios entre 1993 y 2010, ha desvelado en un libro algunos de los trucos que empleó para ganar una enorme cuantía de dinero.  ¿En qué consiste?

La probabilidad matemática son determinantes para averiguar las posibilidades de hacerse con un premio en este tipo de sorteos. Sin embargo, uno de los últimos métodos conocidos hasta la fecha fue el ideado por el ilustrado Voltaire. En los años 20 del siglo XVIII, Francia optó por reducir la tasa de interés de los bonos, cuyo valor de mercado experimentó un descenso, para ahorrar dinero y recuperar la confianza de los inversores. Para elevar su valor y revertir esta situación, el país anunció la compra de lotería, que se podía adquirir a un precio fijado en función del valor de los bonos.

El método utilizado por Voltaire, e ideado también por un grupo de expertos en finanzas en el que figuraba el matemático francés Charles Marie de la Condamine, consistía en comprar el mayor número posible de bonos baratos. A mayor adquisición de bonos devaluados, era mayor la probabilidad de ganar una gran cuantía económica. El billete del sorteo, en el supuesto de resultar el ganador, permitía a su poseedor obtener una cantidad que ascendía a las 500 mil libras francesas y el valor del bono.

De esta forma, Voltaire consiguió hacerse rico, hasta que el Gobierno francés canceló la lotería, una vez que se percataron que los boletos llevaban su firma. Gracias a este método infalible Voltaire pudo dedicarse a una de sus grandes pasiones, la escritura