Muerte silenciosa: Esto es lo que les puede pasar a los tripulantes del Submarino del Titanic

El tiempo sigue corriendo y todavía no se ha podido encontrar al submarino desaparecido el pasado domingo a más de 650 kilómetros de la costa canadiense de la Isla de Terranova. Los cinco tripulantes de la embarcación se sumergieron a unos 4.000 metros de profundidad para investigar los restos del Titanic a través de la empresa estadounidense 'OceanGate Expedition'.

Aunque las labores de búsqueda y de rescate continúan con ayuda de varios países que han desplazado naves hasta la zona, la esperanza de encontrar a alguno de los tripulantes con vida cada vez es menor. La falta de oxígeno está fijada para el mediodía del jueves 22 de junio según hora peninsular.

Así pues la situación de urgencia es mayúscula, pero los expertos aseguran que los cálculos de la cantidad de oxígeno restante son aproximados e influyen muchos factores en esa medición como por ejemplo la frecuencia respiratoria o el nivel de actividad física de cada uno.

En este caso la gran preocupación es el exceso de CO2 o dióxido de carbono. Según indica el doctor Dale Molé de la Marina de los Estados Unidos en Daily Mail si el oxígeno se reduce, el nivel oxígeno se reduce, el de CO2 puede llegar a niveles de toxicidad incompatibles con la vida. Algunos síntomas son dolores de cabeza, frío, pérdida de conocimiento… una muerte lenta y silenciosa.

La hipoxemia, esa muerte silenciosa, es la falta de oxígeno en sangre en niveles críticos para el organismo. De esta manera el riego sanguíneo no puede transportar suficiente oxígeno al resto de organos vitales para su correcto funcionamiento, sobre todo, a nivel pulmonar.

Diferencias entre la muerte silenciosa y la muerte dulce

En el caso de la muerte dulce, la persona en cuestión no sufre mientras sucede. Pero la diferencia radica en que se trata de una grave intoxicación por la inhalación de monóxido de carbono, un gas altamente tóxico y que adormece a la persona.

Los síntomas son similares: dolor de cabeza, el cansancio, el mareo, los vómitos y la confusión mental. El CO entra en los pulmones, adormeciendo paulatinamente todo el cuerpo hasta la parada cardíaca. Al respirar este gas se paraliza la capacidad de la sangre para transportar oxígeno. Así pues los expertos que trabajan en el rescate aseguran que esto puede producirse en el caso de que la ventilación del submarino sea deficiente.